Tensión comercial hunde al dólar y dispara el oro a máximos históricos

El índice de volatilidad VIX se mantuvo elevado, reflejando una ansiedad persistente en los mercados.

En una jornada marcada por crecientes tensiones comerciales, resultados corporativos dispares y un entorno monetario desafiante, los mercados globales muestran signos de elevada incertidumbre. Estados Unidos intensifica su política arancelaria bajo el mandato de Donald Trump, provocando reacciones económicas y diplomáticas que impactan a múltiples sectores, desde los semiconductores hasta las materias primas. Al mismo tiempo, Europa y Asia lidian con los efectos colaterales de esta guerra comercial, evidenciando vulnerabilidades estructurales y ajustes macroeconómicos. El oro, tradicional refugio ante la turbulencia, alcanza nuevos máximos históricos, mientras los inversionistas reevalúan riesgos en medio de un dólar debilitado y una creciente aversión al riesgo.

En Estados Unidos, la administración Trump impuso nuevos aranceles de hasta 245% sobre importaciones chinas, afectando directamente a empresas como Nvidia, que reportó una pérdida proyectada de $5.5 mil millones debido a restricciones en las exportaciones de chips de IA al gigante asiático. Esta decisión provocó una fuerte caída en sus acciones en el pre-market y arrastró consigo al sector tecnológico, incluyendo a ASML, cuyos pedidos netos del primer trimestre (3.94 mil millones de euros) estuvieron muy por debajo de las estimaciones (4.82 mil millones). La tensión arancelaria también golpeó el valor del dólar, debilitando su tradicional rol como activo refugio, lo que impulsó al oro a un récord histórico de $3,306 por onza.

El índice del dólar (DXY) cayó por debajo de 99.50, mientras que el índice de volatilidad VIX se mantuvo elevado, reflejando una ansiedad persistente en los mercados. Las solicitudes hipotecarias semanales en EE. UU. se desplomaron -8.5% según la MBA, luego de haber subido 20% la semana previa, como respuesta a un salto en las tasas hipotecarias que alcanzaron 6.81%. Esta situación ha impulsado a los compradores a buscar préstamos de tasa ajustable, lo que evidencia una presión creciente sobre la asequibilidad habitacional.

La guerra comercial también ha tenido un impacto político. El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció una demanda contra el gobierno federal, advirtiendo sobre el impacto negativo en el empleo y en los precios al consumidor. Simultáneamente, los bancos estadounidenses mantuvieron sus niveles de contratación estables, pero las aseguradoras como Travelers reportaron una caída en utilidades debido a siniestros asociados con incendios en California, que generaron un impacto de $2 mil millones. No obstante, su acción logró subir tras superar las expectativas del mercado.

En el ámbito corporativo, United Airlines reportó una subida superior al 6% en el premarket pese a anunciar que reducirá vuelos durante el verano debido a una esperada baja en la demanda. Abbott Laboratories superó las expectativas con un EPS ajustado de $1.09 (vs. $1.07 esperado) y reafirmó su guía para el año fiscal 2025, proyectando un crecimiento orgánico en ventas de entre 7.5% y 8.5%. Walmart, por su parte, amplía su presencia tecnológica con una nueva oficina en Chennai, India, mientras Lyft concretó la compra de Free Now por €175 millones, su primera adquisición significativa en Europa.

En el frente de las criptomonedas, el exchange OKX anunció su entrada oficial al mercado estadounidense, tan solo dos meses después de alcanzar un acuerdo de $505 millones con reguladores. Al mismo tiempo, iniciativas como la quema de tokens de $HTX (11.3 trillones en Q1) y el avance de plataformas como Enclave Markets y DolphinGemma de DeepMind reflejan una aceleración en la innovación financiera descentralizada, a pesar de vulnerabilidades detectadas en wallets y ciberseguridad.

En el panorama energético, el crudo WTI fluctuó alrededor de los $60 por barril, afectado por la incertidumbre de la demanda vinculada a la guerra comercial. Mientras tanto, la Agencia Internacional de Energía redujo sus proyecciones de demanda, y JPMorgan ajustó a la baja sus previsiones de precio. El sector energético también enfrenta riesgos regulatorios, con la salida de decenas de empleados clave de la EIA, lo que amenaza la confiabilidad de los datos oficiales. En contraste, empresas como U.S. Energy Corp. amplían su capacidad de captura de carbono, en línea con la tendencia global de descarbonización.

En Europa, la economía se ve presionada por la caída en la confianza empresarial y una desaceleración en el crecimiento. La inflación del Reino Unido se moderó a 2.6% interanual en marzo (vs. 2.7% esperada), lo que eleva las expectativas de un recorte de tasas por parte del Banco de Inglaterra en mayo. Las ventas de casas subieron 5.4% interanual en febrero, pero el mercado enfrenta desafíos estructurales. La libra esterlina experimentó una ligera apreciación ante el dólar, en parte gracias al debilitamiento de este último.

El sector tecnológico europeo también sufrió: ASML, pilar clave en la cadena de suministro global de chips, advirtió que la incertidumbre arancelaria nublará sus perspectivas para 2025-2026. Sus acciones cayeron más de 6%, arrastrando al índice Stoxx 600 un 0.8% a la baja. La caída fue acentuada por la depreciación de la demanda en el sector de semiconductores y el nerviosismo por la escalada en las tensiones EE. UU.-China.

En Asia, el crecimiento del PIB de China en el primer trimestre superó expectativas con un 5.4% interanual, ofreciendo un colchón frente al deterioro comercial global. Sin embargo, el gobierno de Xi Jinping nombró un nuevo negociador comercial tras el estancamiento en las conversaciones con Washington, exigiendo mayor “respeto” de parte del gabinete estadounidense como condición para reanudar el diálogo. Beijing también impuso restricciones al correo procedente de EE. UU., elevando la tensión diplomática.

El Banco de Japón planea recortar sus previsiones de crecimiento económico, afectado por la caída de exportaciones y la volatilidad generada por los aranceles. El yen japonés retestea máximos frente al dólar, impulsado por su sólida balanza por cuenta corriente y un renovado apetito por refugios seguros. En Hong Kong, el número de estudiantes que emigran al extranjero cayó un 15%, mientras que se suspendieron los servicios postales hacia EE. UU. por tensiones arancelarias.

A nivel geopolítico, Ucrania extendió la ley marcial hasta agosto, al tiempo que avanza en un acuerdo estratégico de minerales con Estados Unidos, el cual promete beneficios económicos para ambas naciones. Por otro lado, Egipto y Azerbaiyán anunciaron negociaciones para una alianza estratégica en petróleo y gas, mientras la ONU advirtió que las tarifas reciprocas de Trump podrían ser devastadoras para las economías más pobres.

El entorno económico global entra en una fase crítica donde las tensiones geopolíticas, los aranceles comerciales y la incertidumbre política reconfiguran el tablero macroeconómico. Estados Unidos, al intensificar su postura proteccionista, pone en riesgo su credibilidad internacional y la estabilidad del dólar como activo de reserva. Europa enfrenta presiones desinflacionarias y una desaceleración industrial, mientras Asia busca reequilibrar su modelo de crecimiento en medio del distanciamiento con Washington.

Los mercados reflejan esta tensión con una rotación hacia activos defensivos: oro en máximos históricos, divisas fuertes como el franco suizo y el yen fortalecidas, y caídas pronunciadas en tecnológicas de alto crecimiento como Nvidia y ASML. A corto plazo, es probable que continúe la volatilidad, especialmente ante la expectativa de represalias arancelarias cruzadas y posibles ajustes monetarios en Reino Unido y Canadá. Si bien aún existen oportunidades en sectores defensivos, materias primas estratégicas y servicios esenciales, los inversionistas deberán prepararse para un entorno de menor visibilidad, donde la gestión activa del riesgo y la cobertura se tornan fundamentales.

El escenario base proyecta mayor fragmentación comercial y desaceleración del crecimiento global a niveles cercanos al 2.3% según la UNCTAD, con una Reserva Federal probablemente más cauta ante la rigidez fiscal y la debilidad externa. El mercado busca ahora señales de desescalamiento entre EE. UU. y China, cuya materialización podría generar un respiro temporal. Hasta entonces, predominará la prudencia.