En Chiclayo, recorrer apenas 12 kilómetros puede tomar en promedio 23 minutos, un tiempo tres veces mayor al que se requiere en ciudades con infraestructura vial adecuada.
“En las últimas décadas, el crecimiento urbano de Chiclayo ha estado acompañado de un incremento preocupante del tráfico vehicular. Los problemas de transporte repercuten negativamente en todos los ámbitos, generando siniestros de tránsito, pérdida de competitividad y elevados costos para la población. Solo por congestión y falta de infraestructura vial, Chiclayo pierde más de 500 millones de soles al año”, así lo señaló Mario Candia, Ingeniero de Tránsito de la Consultora Transis, durante la presentación: “Retos y Oportunidades del Tránsito en la ciudad de Chiclayo”.
Según Candia, el impacto del tráfico vehicular se siente con fuerza en sectores clave para la economía local como el comercio, la agroindustria, la construcción y la manufactura. “La deficiente infraestructura vial, sumada a la falta de fiscalización y orden, genera un transporte informal desbordado, sin tecnología y con una cultura vial carente de respeto, lo que se traduce en demoras, accidentes y pérdida de horas hombre”, explicó.
El especialista también remarcó que Chiclayo, con una población metropolitana cercana a los 800 mil habitantes, debería contar con al menos 40 kilómetros de autopistas urbanas y un sistema de transporte público masivo e integrado. Sin embargo, “la Ciudad de la Amistad” no cuenta actualmente con una sola autopista y su sistema de transporte público es básico, caótico y sin planificación a largo plazo.
“El 2024 se actualizó el Plan de Desarrollo Metropolitano de Chiclayo 2022 – 2042, pero hasta ahora no se ejecutan obras de envergadura. En teoría, existen planes de mejora. En la práctica, la ejecución es mínima o nula. Chiclayo requiere un plan de desarrollo urbano definitivo, consensuado y respetado por todas las gestiones municipales. No se puede seguir reinventando la rueda cada cuatro años. Esto solo prolonga el estancamiento de una ciudad clave para el norte del país”, agregó Candia.
Una muestra clara de este problema es el tiempo promedio para recorrer 12 kilómetros en la ciudad: 23 minutos en Chiclayo, frente a 16 minutos en Santiago de Chile y solo 6 en ciudades con infraestructura desarrollada como en EE.UU. “Esta pérdida de tiempo se traduce en pérdida de dinero y competitividad”, advirtió.
Por su parte, Jaime Graña Belmont, Gerente General del Gremio Automotor, indicó que “los chiclayanos, al igual que todos los peruanos, perdemos tiempo y dinero todos los días debido a la congestión vehicular que enfrentamos. Esta situación requiere soluciones estructurales y sostenidas en el tiempo”.
Desde la Asociación Automotriz del Perú (AAP), Graña Belmont reafirmó el compromiso del sector: “Estamos dispuestos a contribuir con nuestra experiencia para abordar los problemas estructurales del transporte en el país, incluyendo la necesidad urgente de desarrollar macromovilidad: autopistas de ingreso controlado, infraestructura de gran escala, un sistema de transporte masivo urbano e interurbano y centros de gestión del tránsito con semaforización inteligente”.
Finalmente, resaltó la necesidad de unir esfuerzos: “La participación del sector privado, junto con las autoridades municipales, regionales y nacionales, es fundamental para lograr resultados sostenibles. No podemos seguir postergando las soluciones que Chiclayo, y el Perú, necesitan con urgencia”.