El tenor italiano Andrea Bocelli revive, junto a Karol G, un éxito de 1996 que denota el poder de unir a dos músicos completamente diferentes bajo una estrategia de marketing dirigida a cuatro generaciones.
El pasado 30 de agosto el músico y compositor Andrea Bocelli sorprendió al mundo con una nueva versión del tema Vivo por ella, que formará parte de su próximo álbum titulado “Duets”, con el cual celebra 30 años de carrera artística.
El tema original de 1996 del álbum “Romanza”, era cantado por tenor italiano y la española Marta Sánchez, conquistando el mercado de música latinoamericano. Hasta la fecha es considerado un éxito de la década de los 90 ‘s.
Este 2024, la nueva versión de Bocelli fue acompañada por la voz de la colombiana y reguetonera Carolina Giraldo Navarro, mejor conocida como Karol G, una dupla que junta a dos generaciones completamente diferentes, pero que remarca el impacto que han tenido ambas partes en la industria musical internacional, dejando en claro su influencia global.
Para ver el impacto, sólo durante el primer fin de semana acumuló más de 6.6 millones de reproducciones en YouTube y diversos artistas internacionales han elogiado la interpretación, pero en términos de marketing qué nos dice esta dupla musical.
Operación Marketing
El primer dueto de Bocelli que salió al mercado fue con Shania Twain, en el mes de julio, la canción fue “Da Stanotte in Poi”. Éste no causó tanto revuelo como “Vivo por ella”.
Diversos comentarios en redes sociales destacan que, a pesar de los años, Bocelli mantiene una voz intacta, mientras que aplaudían que Karol G se atreviera a cantar otro género musical.
De acuerdo con Pere Bacardit, profesor de EAE Business School, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, el dueto entre Andrea Bocelli y Karol G, desde la perspectiva del marketing y la comunicación, es una clara estrategia para ampliar el público objetivo de ambos artistas.
Para el docente, Andrea Bocelli se dirige principalmente a un público más adulto (Generación X y Millennials), mientras que Karol G tiene un target mucho más juvenil (Generación Z y Generación Alfa).
Así, el dueto entre el italiano y la colombiana se trata de “una operación de marketing muy bien orquestada a través de la cual Bocelli logra mayor visibilidad y penetración alcanzando todos los targets, especialmente el más joven, que generalmente consume reguetón, y que con esta nueva colaboración tiene la oportunidad de descubrir y apreciar géneros musicales que normalmente no exploraría. A su vez, esto amplía la rentabilidad del disco al insertarse en nuevas generaciones”.
“Esta colaboración les permite alcanzar nuevas audiencias que no son naturales, tanto en términos de género musical como de estilo. Del mismo modo, buscan diversificar sus seguidores y así generar nuevas oportunidades de mercado”, destaca Bacardit.
También considera que se trata de “una estrategia de marketing colaborativo”, donde ambos artistas se benefician. “Bocelli logra mantenerse relevante en una industria dominada por artistas jóvenes y Karol G aumenta su prestigio al atreverse con un género diferente al reguetón. Esta práctica es muy común en la industria musical actual, donde artistas consagrados se unen a figuras del momento, mezclando géneros y épocas para satisfacer las exigencias de un público que valora la diversidad musical”, destaca el profesor de Marketing de EAE.
Algunos ejemplos, señala el académico, son el álbum “Cheek to Cheek” de 2014 que grabó Tony Bennett con Lady Gaga, o la colaboración de 2021 entre Elton John y Dua Lipa (“Cold Heart”).
“El objetivo principal de estos duetos es ampliar la base de seguidores al conectar diferentes generaciones mediante un choque de culturas que genera novedad y curiosidad”, puntualiza Bacardit.
Finalmente, la colaboración entre Andrea Bocelli y Karol G demuestran su capacidad para trascender generaciones y la atemporalidad de la música, donde su poder es capaz de tocar la fibra más delicada de cada persona, respetando gustos y nuevas tendencias que, con los años, pueden o no convertirse en clásicos, tal y como es el caso de “Vivo por ella”.