Por Emilio Villanueva, Account Manager ITQ latam.
Según datos proporcionados por Comscore en su estudio “Panorama digital de los servicios financieros”, la banca digital en Chile alcanzaría al 66 % de la población durante este 2022. No obstante, es importante entender que la banca digital es mucho más que la digitalización de la banca tradicional o la manera en cómo estábamos acostumbrados a realizar nuestras transacciones bancarias por Internet.
La banca digital viene de la mano con las Fintech, entidades que usan la tecnología y la innovación como un mecanismo disruptivo dentro de la industria financiera. Al tener estas características, la banca digital requiere de soluciones, por lo general en la nube, que traen consigo cierto grado de seguridad embebido, que a juicio de los especialistas no es suficiente y requiere de mayores capacidades de seguridad, producto de los elevados niveles de integración con otros portales de servicios y beneficios, donde pueden existir bajos niveles de seguridad, generando una potencial vulnerabilidad y fuga de información.
A pesar de esto, no se han conocido graves eventos de ciberseguridad en esta industria, aunque siempre es importante proteger los datos de los usuarios y la disponibilidad de los servicios, de donde sí se han presentado eventos aislados por diseños erróneos en las plataformas de consumo masivo.
En esa línea, lo positivo de la banca digital es que, al utilizar metodologías ágiles de co-creación, eso le permite tener una salida en vivo mucho más temprana y por etapas. Es aquí donde se debe poner foco en soluciones que permitan analizar los desarrollos de software en etapas tempranas y poder insertar, en estas mismas etapas, mecanismos que proporcionen la seguridad necesaria.
También es importante utilizar las capacidades disponibles de elasticidad que disponen las plataformas cloud y poder así atender de mejor manera eventos con sobre consultas y brindar un servicio de calidad.
No menos cierto es el hecho de que la banca digital ha impulsado una nueva forma de proporcionar acceso transversal a las personas a una cuenta vista y tarjeta de prepago, lo que trae consigo el beneficio de bajar el uso del efectivo, manejar de mejor manera el dinero y utilizar los beneficios que estas instituciones hoy proveen a sus usuarios.
Hay que considerar que cada vez hay más y más usuarios de banca digital, porque promete dar un servicio más ágil y autogestionado, donde el usuario puede decidir cuánto cargar en su tarjeta de débito/crédito, a quién transferirle dinero desde su cuenta y qué beneficios lo impulsan a comprar productos y servicios.
Así, el mayor punto para mejorar en este ámbito es la educación digital y bancaria de las personas ya que por estos nuevos mecanismos, son fáciles de caer en un fraude, tomando mucha relevancia la autentificación biométrica donde existen soluciones por voz, huella y rostro.