El impacto positivo de estas reformas ya empieza a reflejarse en los indicadores de percepción empresarial.
El Gobierno peruano ha dado un paso importante hacia la reactivación económica mediante la eliminación de más de 400 trabas administrativas que venían limitando el dinamismo del sector privado. Esta acción ha sido reconocida por el Banco Mundial, que destacó los esfuerzos del país por construir un entorno más eficiente y competitivo para las inversiones.
“La reducción de barreras regulatorias tiene un impacto directo en la confianza empresarial. Actualmente, el 72% de las empresas grandes y medianas en el Perú consideran que la tramitología es uno de los principales obstáculos para invertir, por lo que esta reforma es una señal clave para el mercado”, comenta Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
Avance regulatorio: simplificación para crecer
El anuncio oficial de este paquete desregulatorio tuvo lugar el 31 de marzo de este año y forma parte del denominado shock desregulatorio impulsado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El plan incluye 402 medidas concretas dirigidas a reducir costos administrativos, eliminar procedimientos redundantes y agilizar los procesos de aprobación de proyectos, en especial en sectores estratégicos como infraestructura, energía y construcción.
El impacto positivo de estas reformas ya empieza a reflejarse en los indicadores de percepción empresarial. Según la última encuesta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), las expectativas de inversión privada a 12 meses han alcanzado su punto más alto desde 2019. Este repunte es visto como una respuesta directa a las medidas de simplificación regulatoria y al nuevo entorno proinversión promovido por el Estado.
“Estamos en un momento oportuno para convertir la inversión privada en el verdadero motor del crecimiento económico. Hoy, más del 60% de la inversión total en el país proviene del sector privado, lo que evidencia su papel fundamental en la recuperación y sostenibilidad de nuestra economía”, señala Torres.
Inversión como catalizador de empleo y desarrollo
Además del impacto macroeconómico, estas reformas también buscan mejorar el acceso a oportunidades de inversión para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan el 99.5% del total de empresas en el país, y generan alrededor del 75% del empleo privado. La simplificación de requisitos y la digitalización de trámites administrativos contribuirán a reducir barreras de entrada y fomentar el emprendimiento formal.
El Banco Mundial ha reiterado que el camino hacia el desarrollo económico de Perú pasa por fortalecer la participación del sector privado, pero también por mantener la estabilidad jurídica y la transparencia en la gestión pública. Las Asociaciones Público-Privadas (APP) y los mecanismos como Obras por Impuestos (OxI) jugarán un rol clave en los próximos meses.
Con estas reformas, el Perú busca no solo reactivar su economía tras años de desaceleración, sino también establecer las bases para un modelo de desarrollo sostenible, inclusivo y centrado en la productividad. Si se mantiene esta ruta, el país podría posicionarse nuevamente como uno de los destinos más atractivos para la inversión en América Latina.