Buques rusos están acumulándose en el Ártico

Debido a las sanciones a raíz del conflicto con Ucrania no poseen compradores.

Los buques de gas natural licuado (GNL) de Rusia vinculados a la instalación Arctic LNG 2 han comenzado a acumularse cerca de la costa oriental de Rusia. Estos buques, entre ellos el Nova Energy, Pioneer y Asya Energy, han encontrado dificultades para asegurar compradores, especialmente tras la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos y otras potencias occidentales, las cuales restringen sus posibilidades de acceso a los mercados internacionales. Los datos de rastreo indican que el Pioneer permanece anclado frente al puerto de Nakhodka, mientras que los otros dos buques se ubican en las inmediaciones, reflejando un impasse para el comercio de gas ruso.

Desde agosto, Arctic LNG 2, operada por la compañía rusa Novatek PJSC, había comenzado a exportar GNL. Sin embargo, ante las limitaciones actuales, la planta ha suspendido la licuefacción de gas, lo cual complica aún más la situación para la industria energética rusa. En un intento por mantener el flujo de exportaciones, la instalación había ofrecido GNL a compradores en China y otros mercados asiáticos a precios con descuento, pero las sanciones y la falta de compradores han llevado a estos buques a permanecer en espera en las costas rusas.

Los tres grandes buques junto a otros barcos asociados a Arctic LNG 2, están sujetos a sanciones estadounidenses y son considerados parte de la llamada “flota en la sombra”, que hacen referencia a embarcaciones que operan bajo mecanismos de gestión opacos y, en ocasiones, falsean sus ubicaciones o apagan sus transpondedores para evitar el seguimiento. Esta flota ha sido cada vez más empleada por Rusia en un intento de eludir las sanciones y mantener las exportaciones, pero con Arctic LNG 2 bajo sanciones, el impacto sobre los planes energéticos rusos es notable.

Ante estas restricciones, el desarrollo de infraestructuras especializadas también ha quedado en espera. El astillero ruso Zvezda, que tenía prevista la entrega de buques de clase hielo para el transporte de GNL desde Arctic LNG 2, ha pospuesto la entrega de estas embarcaciones hasta 2025, dificultando el transporte de gas en condiciones extremas propias del Ártico.

El impacto de las sanciones internacionales sobre la industria energética rusa ha sido inmediato y profundo, afectando no solo la capacidad exportadora, sino también los ingresos del sector, cruciales para la economía rusa en un contexto de guerra. Las medidas adoptadas por Estados Unidos y sus aliados se han dirigido especialmente a la industria del GNL, la cual constituye una de las mayores fuentes de ingresos para el Kremlin. La capacidad de Rusia para superar estas restricciones depende, en gran parte, de su habilidad para reconfigurar sus redes de distribución y su acceso a mercados alternativos, algo que parece cada vez más incierto.