La seguridad va más allá de la tecnología; el conocimiento y la mentalidad de los colaboradores son determinantes para la protección organizacional.
El 73 % de empresas a nivel global presentó una intrusión cibernética durante 2024, según el Informe global sobre el estado de la tecnología operacional y la ciberseguridad de Fortinet, empresa líder mundial en ciberseguridad. Esto significó un aumento de 24 % respecto al año anterior, lo cual evidencia que los ciberataques han incrementado año con año, no solo poniendo en riesgo la información, sino también su confianza, reputación y desempeño.
Por ello, Jaime Chanagá, Field CISO para Fortinet Latinoamérica y Caribe, destaca que en 2025 los CEOs, CIOs y CISOs enfrentarán el desafío de considerar la ciberseguridad no solo como una estrategia de defensa, sino como un factor clave para la creación de valor sostenible y la mejora del desempeño organizacional. “Las empresas que adopten un enfoque proactivo y estratégico en ciberseguridad lograrán una ventaja competitiva significativa, fortaleciendo su reputación y la confianza de sus clientes”, señala Chanagá.
En este contexto, Fortinet identifica seis imperativos de liderazgo fundamentales para enfrentar un entorno de seguridad en constante evolución:
- Transformar la seguridad en una ventaja competitiva: las organizaciones deben concebir la ciberseguridad como un habilitador de la innovación. La inversión en prevención y detección de amenazas no solo protege la infraestructura digital, sino que también impulsa el crecimiento de los ingresos y refuerza la confianza de clientes y otras partes interesadas.
- Incorporar la gestión de riesgos en la gobernanza: los consejos directivos y los ejecutivos deben integrar la seguridad y la continuidad del negocio en sus procesos de formulación de estrategias y toma de decisiones. Un enfoque integral del riesgo permite una respuesta rápida y coordinada ante incidentes, minimizando impactos en la operación.
- Invertir en arquitecturas Zero Trust y modelos descentralizados: en un entorno hiperconectado, la confianza debe validarse de manera continua. La adopción del enfoque Zero Trust mejora la visibilidad de las vulnerabilidades y fortalece la postura de seguridad frente a amenazas avanzadas.
- Impulsar la inteligencia artificial y el análisis predictivo: el uso de algoritmos de aprendizaje automático permite la detección en tiempo real de actividades sospechosas y la automatización de respuestas a incidentes. Esto optimiza los recursos y reduce el tiempo de detección y contención de amenazas.
- Promover una cultura de seguridad en todos los niveles: la seguridad va más allá de la tecnología; el conocimiento y la mentalidad de los colaboradores son determinantes para la protección organizacional. La capacitación continua, una comunicación clara y esquemas de incentivos alineados son claves para fortalecer esta cultura.
- Construir resiliencia con énfasis en continuidad y recuperación: planificar la recuperación tras incidentes es tan importante como prevenir ataques. El respaldo de datos, los planes de continuidad de negocio y las alianzas estratégicas resultan esenciales para garantizar la operatividad ante posibles crisis.
“Al implementar estas estrategias, las empresas pueden convertir la ciberseguridad en un pilar sólido para el crecimiento, recuperar la confianza del mercado y asegurar la sostenibilidad a largo plazo del negocio. En un mundo donde las amenazas evolucionan constantemente, la clave no está solo en responder a los riesgos, sino en anticiparse a ellos y aprovechar la seguridad como una ventaja estratégica. La pregunta que los líderes deben hacerse no es si van a enfrentar ciberataques, sino cuán preparados están para convertir la ciberseguridad en un impulsor del éxito empresarial”, concluye Chanagá.