El consumidor actual valora no solo la funcionalidad, sino también la empatía y consistencia de las marcas en cada interacción.
Según el estudio “Tendencias Globales de Consumo en 2025” de Euromonitor International, los consumidores globales están redefiniendo sus prioridades de consumo a medida que buscan equilibrar el bienestar, la sostenibilidad y la eficiencia en su día a día. Estos cambios se reflejan también en la región latinoamericana, donde la recuperación económica impulsa decisiones más conscientes en torno a qué, cómo y dónde comprar. Al mismo tiempo, se evidencia un avance en la adopción de nuevas tecnologías en distintas fases del proceso de compra (información, pago, distribución, etc.) y que facilitan la experiencia de compra.
«Actualmente, los hábitos de consumo en Perú están transformándose, con tecnología y sostenibilidad como pilares clave. Este cambio se refleja en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que en diciembre de 2024 aumentó 0,11% a nivel nacional y 0,11% en Lima Metropolitana, acumulando una variación anual de 2,00% en el centro del rango meta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Si bien la economía va mejorando de a pocos, los peruanos continuarán siendo cautos en el consumo”, comentó Willard Manrique, CEO del Grupo Crosland y especialista en Dirección Comercial por el PAD.
Actualmente, las marcas deben adaptarse a un consumidor más consciente y exigente, por lo que resultará primordial reconocer qué tendencias irán guiando su comportamiento durante este año. En esa línea, el ejecutivo explica algunas claves que abordarán distintas formas de vida, prioridades y desafíos:
- Planes para una vida saludable. Los consumidores adoptan rutinas de bienestar enfocadas en la longevidad, buscando productos y servicios que los ayuden a vivir de manera saludable. Este cambio estructural en las preferencias de consumo, impulsado por una mayor conciencia sobre la salud preventiva, reta a las empresas a diseñar estrategias comerciales con propuestas innovadoras y accesibles, asegurando una distribución eficiente que cumpla con las expectativas de calidad y valor.
- Compras más inteligentes. Los consumidores planean ahorrar dinero como parte de sus hábitos de consumo, mientras que las decisiones de compra seguirán manteniéndose estratégicas —comparando precios y prefiriendo aquel consumo que le genere valor—, frente a un entorno económico —global y local— aún volátil. Asimismo, la preferencia por soluciones de pago digitales, como Yape y Plin, refleja la búsqueda de mayor eficiencia y seguridad en las transacciones.
- Consumo sostenible. De acuerdo con un estudio de Kantar Ibope Media (2024), el 65% de peruanos estaría dispuesto a pagar más por productos eco amigables; lo cual pone en relevancia que las opciones sostenibles no solo siguen siendo una decisión consciente basada en valores personales, sino también en evidencia tangible y los beneficios que estos productos ofrecen frente a las nuevas necesidades del consumidor.
- Personalización y valor individual. Los consumidores sienten que están inundados de notificaciones y rodeados de opciones interminables; por lo que quieren pasar menos tiempo buscando lo que necesitan. Esperan experiencias hechas a medida que reflejen sus intereses y valores personales, promoviendo una mayor fidelidad a las marcas.
- IA en el consumo masivo. La inteligencia artificial (IA) ya optimiza procesos en retail y consumo masivo. Desde la personalización de ofertas hasta el análisis de preferencias y la gestión de canales, estas tecnologías mejoran la eficiencia y anticipan necesidades. Empresas que integren IA de forma ética liderarán un mercado donde esta herramienta será clave para responder a las demandas del consumidor. Por otro lado, la consolidación de Marketplace locales está diversificando la oferta de productos y servicios, fomentando la innovación y la competencia en el sector.
El desafío radica en combinar innovación, empatía y consistencia para anticipar las demandas de un consumidor cada vez más exigente. Según un informe de Qualtrics, las marcas que logran mantener interacciones consistentes y empáticas pueden incrementar la lealtad del cliente hasta en un 65%.
“Este enfoque destaca que los consumidores valoran la conexión emocional y la coherencia en los valores de la marca, lo que puede aumentar significativamente su fidelidad. Además, las marcas que invierten en comprender las necesidades de sus clientes y en ofrecer soluciones personalizadas se posicionan mejor frente a la competencia, consolidando relaciones a largo plazo basadas en confianza y satisfacción”, sostiene Manrique.