- La norma ISO 37001 es un sistema de gestión antisoborno que identifica un estándar de gestión para ayudar a las organizaciones en la lucha contra la corrupción.
- Solo en el 2020, el Perú perdió 22,059 millones de soles por actos de corrupción.
Hablar de actos de corrupción se ha convertido en un tema habitual en las familias peruanas debido a que, en los últimos años, se han revelado diversos casos que han remecido al país y que involucraron, además de autoridades, al sector privado. Según la Contraloría General de la República, solo en el 2020, el Perú perdió 22,059 millones de soles por corrupción e inconductas, entre las que destacaría el soborno como una las más habituales.
En ese sentido, y como parte del interés de las empresas por establecer mejores controles internos y prevenir los sobornos empresariales, las organizaciones privadas apuestan por implementar Sistemas de Gestión Antisoborno (SGA). En esa línea, Nino Boggio, gerente central de Legal, Regulatoria y Relaciones Institucionales de Entel, empresa que recientemente obtuvo el ISO 37001 acreditando que su Sistema de Prevención del delito cumple con lineamientos y estándares a nivel regional, nos comparte algunos puntos a considerar a la hora de implementar un SGA:
- Un SGA deber ser transversal a la organización: las políticas deberían ser creadas con miras a que todas las áreas de la empresa puedan aplicarlas en cada uno de sus procesos, sin importar las funciones que se desarrollen.
- Debe contar con una estrategia de comunicación interna: para que los lineamientos sean interiorizados por los colaboradores y colaboradoras, es importante reforzar su difusión con actividades, materiales informativos y capacitaciones continuas.
- Es necesario un respaldo físico: es necesario dejar por escrito todas las políticas, lineamientos, ejemplos, entre otros elementos, para que los trabajadores y trabajadoras puedan recurrir a dichos materiales y así repasar y recordar la información. Es ideal optar por un manual o protocolo.
- La implementación de un SGA debe ser iniciado y liderado por la alta dirección: un sistema de esta envergadura, transversal a todas las áreas y procesos de la empresa, debe tener un buen respaldo, por lo que la gerencia deber esta involucrada desde el día uno.
- El objetivo final es una cultura ética organizacional: el propósito de los sistemas de prevención del delito o específicamente sistema de gestión antisoborno debe ser convertirse en el ADN de la empresa.
“La literatura especializada hace hincapié en que, en la mayoría de los casos, cuando los colaboradores y colaboradoras han incurrido en actos de corrupción, no se reconoce que dicha acción no es ética, por lo que establecer medidas claras, políticas y reglamentos que finalmente se encuentren por escrito evitan malinterpretaciones, por lo que se tendría delimitado el comportamiento en situaciones de riesgos”, precisa Boggio.