La privacidad de datos, clave para la apertura e interoperabilidad entre instituciones, es uno de los mayores retos para el éxito de esta innovación.
La banca abierta o también conocida como open banking y los datos abiertos (open data) son ya una realidad que las entidades financieras no pueden esquivar si quieren subsistir en este competitivo mercado en el que el número de usuarios se cuentan por miles de millones no solo en Perú, sino en todo el planeta.
En la región, varios países avanzan hacia el open banking y las finanzas abiertas. Brasil lidera con una regulación integral; México comenzó en 2018 pero tiene avances limitados. Chile implementará un sistema de Finanzas Abiertas en 2026. En Perú, Argentina y Colombia, hay progreso, pero persisten desafíos regulatorios.
Además, la privacidad de datos, clave para la apertura e interoperabilidad entre instituciones, es uno de los mayores retos para el éxito de esta innovación. Tamara Sánchez, analista legal de Topaz, señala que las entidades financieras enfrentan cinco grandes desafíos en esta implementación, un tema que analiza detalladamente:
1. Normativa local e internacional
Uno de los mayores retos es revisar y adecuar la normativa local para definir cómo y qué datos se compartirán. Además, es necesario considerar regulaciones internacionales, como la Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR), y entender cómo estas influyen en las normativas locales.
“En 2025 nos enfrentaremos a legislaciones más estrictas en algunos países, lo que podría generar conflictos o desafíos para los especialistas en datos del sector financiero, especialmente si el banco busca operar a nivel global”, explica González.
- Normativa interna de cada banco
La especialista de Topaz sugiere que en 2025 otro reto importante será revisar el cumplimiento normativo interno que se encuentra vigente, respecto no solo a la protección de datos, sino también a la seguridad de la información.
Esto incluye, por ejemplo, que los proveedores entiendan la importancia de garantizar la privacidad, y saber qué están haciendo para cumplir las leyes, y que, al interior, los colaboradores sean formados y actualizados periódicamente en estos temas, y entiendan la importancia de la seguridad de la información y se comprometan con ello.
- Educación de clientes
La sensibilización y educación de los clientes es crucial para el éxito de la banca abierta. El objetivo es enseñarles sobre la importancia de compartir sus datos, los beneficios que recibirán a cambio y cómo proteger sus derechos.
“A medida que las personas comprendan mejor cómo gestionar sus datos personales, ganarán mayor confianza en las entidades financieras. Esta confianza se traducirá en una mayor rentabilidad para los bancos, siempre respaldada por mecanismos sólidos de seguridad de la información”, afirma González.
- Prácticas éticas
Es fundamental que la banca asegure la protección de los datos de sus partes relacionadas mediante normativas claras y estándares internos robustos. Para fortalecer la confianza, los bancos deben implementar prácticas éticas, como capacitaciones periódicas para sus colaboradores, y exigir a sus proveedores el cumplimiento estricto de las normativas sobre protección de datos personales.
“En nuestras asesorías, hemos observado que es fundamental contar con un oficial de protección de datos en cada institución financiera. Este profesional es responsable de realizar un seguimiento minucioso para garantizar un mejor control de los datos, no solo de los clientes, sino también de los colaboradores y proveedores”, recalca Sánchez.
- Avance y perspectivas con uso tecnológico
Se espera una mayor implementación de la inteligencia artificial (IA) en procesos de automatización, lo que facilitará la protección eficiente de los datos personales y la detección de fraudes. “Además con regulaciones más estrictas a nivel global, será crucial llevar a cabo programas de concientización y capacitación para minimizar los riesgos asociados al manejo humano de la información”, concluye la especialista de Topaz.