De acuerdo con Sandra Saez, Directora Internacional del Corporate Solution del Grupo Educativo ADEN, la pandemia y el cambio permanente que hoy implican los entornos laborales desafiantes, cambiantes e inciertos someten a las personas a un estado de estrés casi permanente. Esto ha generado nuevos tipos de pensamientos, nuevas formas de abordar negocios y clientes.
Por ello, es vital cuidar la salud emocional de los colaboradores en las instituciones. Esta es una responsabilidad que le compete tanto a los trabajadores como a los líderes de las organizaciones. En el caso de los clientes internos, es responsabilidad de cada uno de ellos, detectar qué factores del entorno laboral les afecta, cómo accionar para atenuar los efectos nocivos y proveerse espacios de recuperación que les generen bienestar.
Estos espacios de bienestar permiten a los colaboradores atenuar estresores internos o externos frente a la demanda cotidiana que representa el trabajar en entornos laborales inestables, inciertos o tóxicos, lo que causa efectos físicos y emocionales que desestabilizan a las personas.
En los cambios físicos derivados de la afectación por estrés se puede mencionar el insomnio, problemas cardíacos, circulatorios o digestivos. Mientras que los colaboradores afectados por el estrés, se les altera el equilibrio emocional por lo que suelen estar más irascibles, tristes y ansiosos. Por lo que los estados emocionales impactan en los vínculos, generándose relaciones tóxicas, imposibilitando entornos de aprendizaje y de crecimiento, así como de mayor rendimiento laboral.
Las relaciones tóxicas en los entornos laborales llevan a los colaboradores a padecer cierta sintomatología física que no tenía, a la que no tiene que acostumbrarse, sino que reconocer y atender para poder lidiar con la presión.
Desde lo organizacional es vital procurar la salud emocional, sabiendo que gran porcentaje de los colaboradores están enfrentando un entorno estresante, se les debe proporcionar herramientas para que puedan autoprotegerse.
Además, las instituciones en la actualidad están midiendo en sus trabajadores competencias emocionales como la capacidad del equilibrio emocional, la empatía, el relacionamiento productivo y el trabajar colaborativamente, esto implica cierta capacidad emocional. Esto repercute en la empleabilidad y el rendimiento del colaborador.
“La salud emocional desde lo personal tiene que ver con el bienestar y la empleabilidad. No obstante, desde lo organizacional se relaciona con su competitividad y supervivencia, ya que si tiene personal equilibrado, estos rinden mejor, piensan, promueven e impactan en el crecimiento a la organización y sus resultados económicos”, refiere Saez.
Otro aspecto que impacta es la existencia de un clima organizacional más saludable, propiciadores y menos tóxicos se reflejará en la retención del talento y que los colaboradores nos elijan un lugar para trabajar.
Una forma de retener el talento es que se sientan parte de lo que apunta la empresa. Estas estructuras organizacionales verticalistas donde la información y los objetivos empresariales solo los conoce el CEO y los directivos también están en su última etapa de su existencia porque en la actualidad está vinculada en cómo las personas aportan a los objetivos estratégicos, para lograr un mayor compromiso e involucramiento.
Hoy el mayor porcentaje de las personas que se va de los puestos de trabajo no se deriva por cuestiones económicas sino por no sentirse escuchados ni respetados y no se toman en cuenta valores que hoy no son negociables para generaciones más jóvenes como la inclusión, tener una voz, de poder participar, de poder crecer y desarrollarse. Estos factores se generan en ambientes que en definitiva se transforman en mayor rentabilidad para el negocio.
El darle sentido y propósito a lo que están haciendo dentro de la organización son cosas que están muy puestas en valor hoy y que implican cambios en los modelos de gestión y liderazgo, cambios culturales y cambios de estructuras y procesos dentro de la organización.
Por último, en la cultura hay un elemento fundamental que es la coherencia porque muchas empresas están discursando respecto a entornos laborales saludables, lo que implica esfuerzo de transformación personal, de reflexión sobre valores y la forma colaborativa de trabajar en el mundo de los negocios. Esto implica que de puertas adentro de la organización hay un cambio de paradigmas en la gestión y en la cultura organizacional.