Por: Alejandro Angulo, Country Business Unit Manager at Siemens Peru & Bolivia
Cada 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética con la finalidad de reflexionar sobre la forma en que producimos y usamos la energía que ahora, con la llegada de la pandemia, ha tenido un impacto significativo en el consumo mundial. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Perú, al declarar una cuarentena general el 16 de marzo del año pasado, evidenció una fuerte caída en el consumo energético, alcanzando una reducción del 32% solo durante la primera semana. Pese a ello, crisis anteriores han demostrado que una recuperación económica puede hacer que la demanda de energía se eleve rápidamente, incluso por encima del nivel anterior.
El mayor número de personas en casa, incrementó el consumo energético residencial pero no alcanzó los niveles de consumo eléctrico de todos los sectores en conjunto. Sin embargo, las instalaciones de hospitales, centros de datos y el suministro de alimentos, aumentaron su criticidad, creando la necesidad de identificar formas de reducir el consumo de energía y mejorar los procesos de operación, mantenimiento y servicio. En ese sentido, resulta fundamental sentar las bases para las operaciones sostenibles de edificios e industrias y, esta debe comenzar por la gestión sistemática de la energía.
Esto es posible a través de un suministro de energía seguro y sostenible, así como sistemas de energía resistentes, inteligentes y protegidos en todos los niveles de voltaje. El principal cambio que debe atravesar la distribución de energía eléctrica se basa en la transparencia, los datos y la digitalización.
El suministro ininterrumpido de energía a edificios e industrias es de vital importancia y, no solo necesita de dispositivos que eviten cortes de energía o accidentes eléctricos, sino de sistemas que puedan monitorear la calidad de la energía y recopilar esos datos, así como soluciones que se integren con ecosistemas conectados y automatizados.
Esta coyuntura nos ha vuelto significativamente más digitales, y el suministro de energía confiable es la columna vertebral de nuestras actividades privadas y profesionales, por lo que lograr su inmersión en este entorno digital es fundamental para evitar que las emisiones globales de CO2 sigan incrementándose. Una gestión sistemática de la energía permitirá reducir el impacto de este retorno abrupto que enfrentaremos tras el levantamiento de las restricciones sanitarias.