La elaboración de estados financieros proforma es indispensable para simular el impacto de la adquisición.
Enterarse de que se adquirió un negocio justo antes del cierre del año puede ser una noticia inquietante para cualquier contador. Esta situación genera un desafío inmediato: reflejar adecuadamente la transacción en los estados financieros, asegurando el cumplimiento de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y preparándose para una auditoría. Para abordar esta tarea de manera efectiva, es necesario seguir un enfoque claro y estructurado, según indicó Christian Privat, socio de Antut.
El directivo señala que el primer paso fundamental es establecer una comunicación abierta con todos los involucrados en la adquisición. “Esto incluye a la Gerencia General, la Gerencia de Administración y Finanzas, asesores legales y financieros, y cualquier otro participante que haya tomado decisiones o aportado información al proceso. Identificar quién tomó la decisión final y quién posee los datos clave es crucial para comprender el contexto completo de la transacción y sus implicaciones” destacó.
Asimismo, comentó que, el siguiente paso es recopilar y organizar toda la documentación relevante. Esto incluye informes de due diligence financiera, tributaria, legal y laboral, valorizaciones, análisis de precios de compra, informes de Purchase Price Allocation (PPA), contratos de adquisición y otros documentos relacionados. “Tener acceso a esta información permite evaluar los riesgos asociados con la transacción y cómo podrían afectar los estados financieros” dijo.
Una parte fundamental de este proceso es el dominio de las NIIF, en particular la NIIF 3 sobre combinaciones de negocios. Según esta norma, el valor asignado a los activos y pasivos adquiridos, así como al goodwill, es preliminar al momento de la adquisición. La empresa cuenta con un plazo de 12 meses para ajustar este valor de forma definitiva, un período conocido como “la ventana de medición”. Si el equipo contable no cuenta con el conocimiento técnico suficiente, es esencial buscar el apoyo de asesores especializados que puedan interpretar las normas y aplicar el tratamiento contable adecuado.
El directivo mencionó que, otro elemento clave es el análisis detallado de los informes de due diligence. “Estos informes revelan riesgos y contingencias que podrían impactar los estados financieros, como pasivos no registrados, discrepancias en valorizaciones o problemas legales. Identificar estos aspectos permite al contador anticiparse a posibles ajustes y garantizar que los estados financieros reflejen una imagen precisa de la situación financiera” sostuvo.
La elaboración de estados financieros proforma es indispensable para simular el impacto de la adquisición. Estos informes permiten a la Gerencia General y al directorio visualizar los efectos contables y financieros de la transacción, proporcionando un marco para la toma de decisiones estratégicas. Además, es necesario evaluar las revelaciones que deben incluirse en los estados financieros, como detalles sobre la transacción, acuerdos confidenciales y el impacto estimado en la posición financiera.
Por último, Privat comentó que, la gestión de una adquisición implica coordinar esfuerzos con asesores externos y garantizar que todos los riesgos y contingencias estén adecuadamente documentados y comunicados. “Este nivel de organización y claridad no solo asegura el cumplimiento normativo, sino que también fortalece la transparencia financiera de la empresa” precisó.
En conclusión, destacó que, enfrentar una adquisición al cierre del año no es una tarea sencilla. “Pero con una planificación adecuada, comunicación efectiva y un enfoque técnico sólido, este desafío puede convertirse en una oportunidad para destacar la capacidad estratégica del contador y fortalecer la posición financiera de la empresa” finalizó.