El consumo de agua para uso doméstico representa solo el 10% de todas las extracciones mundiales del recurso, mientras que la agricultura sustenta el 70% del recurso hídrico y las industrias de producción y procesamiento el 20% restante, afirmó Armando Chiclla, docente de la facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).
En el marco del Día Mundial del Agua, el especialista advirtió sobre la importancia de cuidar este recurso, que se viene afectando por distintos factores como el cambio climático, el aumento demográfico, pero también por una mala gestión del agua dulce.
“Sólo el 0.5% del agua del planeta es agua dulce utilizable y disponible para el consumo humano, y el cambio climático está afectando peligrosamente ese suministro. En los últimos veinte años, el almacenamiento de agua terrestre, incluida la humedad del suelo, la nieve y el hielo, disminuyó a un ritmo de un centímetro por año”, explicó el especialista de la UCSS.
Además, el agua dulce destinada al consumo doméstico, como por ejemplo el agua potable, representa una tasa muy baja en comparación a la agricultura, considerando además que la mayor parte del uso doméstico se devuelve al medio ambiente con poca pérdida por evaporación, incluso si la calidad se degrada.
“Por el contrario, el uso agrícola trae consecuencias directas desde la producción de biomasa vegetal. La transpiración que realizan las plantas para un buen desarrollo requiere de grandes cantidades de agua. El riego también genera una pérdida hidrológica local que reduce la disponibilidad de este recurso”, dijo Chiclla.
Más aún, en los últimos 30 años la producción de alimentos aumentó en más del 100%. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que para 2050 se requerirá un 60% más de alimentos para satisfacer las necesidades alimentarias de una población en crecimiento, lo que se traduce en un mayor uso de agua dulce.
Afortunadamente, los seres humanos están desarrollando tecnologías para adquirir o conservar mejor el agua dulce, como: presas y embalses, recolección de lluvias, acueductos, desalinización, reutilización y conservación del recurso.
Chiclla recordó que el Perú es un país privilegiado porque cuenta con el 1.89 % de la disponibilidad de agua dulce del mundo, representada en 12,201 lagos y lagunas, de los cuales 3,896 se encuentran en la cuenca del Pacífico, 7,441 en la cuenca del Atlántico, 841 en la cuenca del Titicaca y 23 en el sistema Huarmicocha. También hay aproximadamente 5 millones de hectáreas de pantanos y 4,500 hectáreas de manglares.
Aun así, señaló que el país todavía tiene desafíos importantes para llevar agua potable a más peruanos, porque su disponibilidad es muy variable de acuerdo a la geografía.
“Según cifras del INEI al 2022, el acceso de agua para Lima metropolitana ascendía a 96%, mientras que para la región Lima era de 94.15%. Sin embargo, zonas como Chulucanas, en Piura, y Tarma, en Junín, tenían una disponibilidad del recurso del 47.85% y 69.5% en el 2017. En el caso de otras zonas como Rioja, en la región San Martín, el agua potable alcanza una cobertura del 96.93%”, concluyó el experto de la UCSS.