Compliance ágil para incrementar el potencial económico y competitivo

En pleno 2024, las empresas, independientemente del sector en el que operen y de su tamaño, deben cumplir una serie de normativas legales y éticas que son establecidas por los reguladores.

Sin embargo, más allá de cumplir con la ley, se trata de activar un plan que incluya la transparencia, el compromiso, la responsabilidad y las acciones necesarias para consolidar una cultura empresarial consciente de los retos de la globalización y de las demandas del mercado.

A menudo, la implementación de procesos legales y de cumplimiento normativo es percibido dentro de las empresas como un engorro burocrático y costoso. Sin embargo, el compliance tiene el potencial de aportar valor y elevar la reputación de una empresa, potenciando así el crecimiento y facturación«, comenta Rebeca Vergara Gaona, abogada especializada en derecho empresarial y experta en cumplimiento normativo.

En el contexto corporativo actual, este es el camino para evitar riesgos, sanciones y multas para las empresas, pero también para poder elevar y potenciar su crecimiento económico dentro de todos los mercados.

Gracias a una sólida reputación corporativa, se pueden mejorar los acuerdos entre empresas e incrementar las ventas al ser la opción elegida por el consumidor que cada vez está más interesado en colaborar con sus compras en empresas responsables que ponen en marcha acciones sociales y medioambientales.

Vergara, tras su experiencia en el mercado de capitales, especialmente en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, confirma que “es necesario instaurar dentro de las empresas un compromiso que fomente y exija el cumplimiento normativo para poder responder a las exigencias de los distintos mercados internacionales. Los puntos clave para implementar estos programas de compliance se basan en un pleno conocimiento del entorno externo e interno de la empresa, una comunicación vertical y horizontal efectiva, y un mecanismo de queja adecuado para detectar las áreas a mejorar”.

A través de RVG Advisory, pone a disposición de empresas de todos los tamaños una serie de recursos que hasta ahora se habían estado diseñados para grandes corporaciones pero que de la mano de RVG Advisory se pueden ajustar fácilmente para implementar protocolos de gestión de la cadena de suministro a todos los niveles.

Esta iniciativa surgió de la observación directa y su experiencia laboral en la refinería de oro en Andorra en la que presta servicio y que ha sido reconocida por la Iniciativa de Minerales Responsables (RMI), un sello de cumplimiento con estándares de abastecimiento responsable.

Vergara aconseja que para comunicar adecuadamente la necesidad de un programa de compliance es más efecitvo hacerlo desde los beneficios que aporta que desde lo que se trata de evitar con su implementanción.

La necesidad de un programa de compliance suele fundamentarse en la evitación de riesgos, sanciones y multas para una empresa, es decir, se comunica su necesidad de forma negativa. Vergara cree que es más efectivo y directo comunicar que el cumplimiento normativo tiene el potencial de destrabar el crecimiento, elevando la marca y la reputación de la empresa.

Por último, un compliance ágil depende en gran medida del cabal conocimiento que se tenga de la empresa. Es importante realizar ajustes para permitir la implementación pero siempre se deben respetar los valores y cultura de la empresa.