La contaminación ambiental es una problemática que afecta a nuestro país, siendo el Perú uno de los que tiene los niveles más altos en Latinoamérica. Asimismo, según la Organización Panamericana de la Salud, esta exposición puede causar una variedad de resultados adversos para la salud de las personas.
“La contaminación ambiental es la presencia de agentes nocivos que modifican las características físicas, químicas y biológicas del agua, aire y suelo (cuerpos receptores), afectando y alterando los ecosistemas y la calidad ambiental. Además, este cambio provoca un deterioro en la salud de los seres vivos del ecosistema afectado”, explica José Alberto Ramón Silva De las Casas, docente de la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).
Asimismo, el especialista resalta los principales tipos de contaminación ambiental y cómo podemos prevenir y reducir su impacto:
Contaminación del aire. Se produce principalmente por los procesos de combustión incompleta. Por ejemplo, tenemos a los gases de exhosto provenientes de los tubos de escape de los vehículos potenciados por combustibles fósiles, también al realizar la cocción de alimentos utilizando carbón. Además, contaminamos el aire al aromatizar y desinfectar ambientes utilizando aerosoles y productos químicos. Otra manera frecuente de contaminar el aire es cuando quemamos los residuos sólidos generados en nuestros hogares.
La presencia de los agentes nocivos en el aire, provocada por las actividades descritas, condiciona a que el aire se torne insalubre. Y esto ocasione problemas respiratorios en la población humana. Además, las plantas pueden llegar a desaparecer o morir por la excesiva carga de micropartículas que cubren sus hojas y evitan que respiren y realicen el proceso de fotosíntesis.
Para reducir este tipo de contaminación se recomienda evitar el uso excesivo de los vehículos que utilizan combustibles fósiles; priorizar los viajes en medios de transporte que sean ecoeficientes; buscar alternativas no contaminantes a los productos de limpieza y aromatizantes, entre otros.
Contaminación sonora. Se genera cuando realizamos actividades que producen ruidos superiores a los 80 decibelios. Puede tener su origen en actividades de construcción, de recreación, así como el uso excesivo del claxon de los vehículos.
En la salud humana puede ocasionar problemas como la pérdida gradual de la audición, insomnio, alteraciones en la visión, segregación de hormonas, entre otros. Además, en la fauna, puede provocar la migración y desaparición de especies sensibles a los ruidos fuertes.
Lo recomendable para reducir este tipo de contaminación es tener una cultura ambiental adecuada. En caso de realizar fiestas y celebraciones, se debe considerar los Estándares Nacionales de Calidad Ambiental (ECA) para Ruido. Para actividades de construcción o producción, se puede implementar medidas de ingeniería como barreras acústicas o insonorización de ambientes.
Contaminación del agua. Se produce cuando vertemos directamente agua residual no tratada a los principales cursos hídricos. Muchas veces estas contienen químicos que son persistentes en el ambiente y no se degradan con facilidad. Este tipo de contaminación también se produce al arrojar residuos sólidos directamente en los ríos, lagos y el mar. Muchos de estos son peligrosos como es el caso de las pilas; una pequeña pila AA puede contaminar con plomo toda el agua que llenaría una piscina olímpica.
A causa de esto, el agua dulce pierde su calidad y no puede ser utilizada para los fines que se requiera. Además, en los últimos años se ha reportado la acidificación del agua marina y la presencia de micropartículas de plástico que afectan significativamente la flora y fauna de dicho ecosistema marino.
Lo principal para reducir este tipo de contaminación es evitar el uso de productos químicos que puedan contaminar el agua; elegir opciones que sean ecoamigables para la limpieza de nuestros hogares; realizar una adecuada gestión para la disposición de los residuos sólidos y realizar el tratamiento adecuado de las aguas residuales en estaciones depuradoras; evitar desecharlos cerca de cursos hídricos, y reducir el uso de los plásticos.
Contaminación del suelo. Generalmente se produce por el derrame de químicos persistentes y la inadecuada gestión de los residuos sólidos en nuestros hogares e industrias.
Debido a este tipo de contaminación, se alteran los diferentes ecosistemas terrestres, afectando la flora y fauna que tienen contacto directo con los suelos contaminados. También hay un impacto negativo en los acuíferos locales. Los suelos contaminados no pueden ser utilizados para agricultura u otras actividades productivas.
Para contrarrestar esto se recomienda limitar el uso de químicos persistentes que puedan tener contacto con el suelo y tener una adecuada gestión de los residuos sólidos, en especial de aquellos que son peligrosos.