El sector microfinanciero en el Perú enfrenta una crisis debido al aumento de casos de extorsión, lo que ha llevado a varias Cajas Municipales a evaluar el cierre de sus oficinas, lo que podría afectar gravemente a la economía local.
El aumento de los delitos y la extorsión en diversas zonas del país está teniendo un impacto directo en el sector de las microfinanzas, un pilar clave en la economía peruana. La Federación Peruana de Cajas Municipales (Fepcmac) ha alertado que varias entidades asociadas están considerando el cierre de algunas de sus agencias debido a la creciente inseguridad y las extorsiones que sufren sus trabajadores.
Según Jorge Solis, presidente de Fepcmac, las microfinancieras, que operan principalmente en zonas de alto riesgo, están siendo blanco de extorsionadores que cobran «cupos» por «protección». Esta situación está llevando a las entidades a evaluar el cierre de oficinas, con un impacto potencial en más de 250 agencias en Lima y otras 50 en el resto del país.
El cierre de estas agencias no solo pondría en riesgo el empleo de miles de trabajadores del sector, sino que también afectaría a miles de pequeños empresarios y emprendedores que dependen de las microfinancieras para financiar sus proyectos. Solis resaltó que la extorsión también ha obligado a varios clientes a cerrar sus negocios, lo que afecta la estabilidad económica de las zonas más vulnerables.
El sector microfinanciero, que juega un rol vital en la inclusión financiera de pequeñas y medianas empresas, se enfrenta a una amenaza económica significativa si la violencia y las extorsiones no se controlan. Este fenómeno también revela la necesidad urgente de reformas en la seguridad y en el marco legal, según expertos en economía y seguridad. La situación pone en evidencia los desafíos de mantener la estabilidad económica en regiones vulnerables, donde el crimen organizado sigue afectando directamente al desarrollo de la microeconomía local.