Perú es un país de emprendedores. De acuerdo con el último estudio del Ministerio de Producción, en nuestro país existen un total de 2’241,417 MYPES formales, de la cuales 94.9% de ellas son microempresas y el 5.1% son pequeñas empresas.
Cabe destacar la importancia que tiene la pequeña y mediana empresa para empujar al desarrollo sostenible de nuestro país, ya que ambas tienen la capacidad de generar valor a la sociedad, mediante productos o servicios que respondan a las diversas necesidades y/o problemas del mercado en el que se encuentran.
En el mundo globalizado en el que vivimos, es de vital importancia que los emprendedores se adapten a las nuevas tendencias de los diferentes mercados, las mismas que incluyen objetivos de responsabilidad social y ambiental; sumando de esta manera un mayor reconocimiento hacia sus stakeholders.
Por lo antes expuesto, José Carrillo, vicepresidente de alianzas estratégicas de Westfield, escuela de negocios americana, que imparte MBA y Executive MBA online a toda la comunidad hispana, nos explica los beneficios que genera tener un emprendimiento social:
En primer lugar, cabe resaltar que un emprendimiento sostenible de economía circular ayuda a reducir residuos y maximiza el uso eficiente de los recursos en la empresa. Como consecuencia, los pequeños empresarios pueden desarrollar productos o servicios donde utilicen materiales reciclados; generando así una nueva fuente de ingresos a aquellas comunidades que trabajan en ese rubro apoyando y concientizando a la sociedad sobre la importancia de la reutilización de materiales.
En segundo lugar, la buena reputación empresarial ayudará a mantener una relación positiva con los stakeholders de la empresa, de esta manera en caso se presente alguna crisis que genere un impacto negativo a la sociedad, la confianza existente entre ambos no se verá afectada al punto de quebrarla. Cabe resaltar que una empresa sostenible en un mercado determinado se vuelve más rentable en el largo plazo, generado confianza entre su público objetivo y una mayor creación de empleos.
En tercer lugar, no debemos dejar de lado el clima laboral de la empresa. Un ambiente laboral donde los colaboradores sientan que son considerados no sólo por ser parte de un equipo sino por su valor humano; no sólo atrae nuevos talentos sino también mejora la productividad, reduce el ausentismo y mantiene la estabilidad del trabajador en la empresa.
Finalmente, un emprendimiento sostenible impulsará a la innovación de productos o servicios que se ofrecen, generando competitividad en el mercado en el que se desenvuelven. Ser una empresa que desafía a aquellas empresas que existen hace bastante tiempo logrará un mercado más justo y óptimo para los consumidores.