- Mujeres de Agremub iniciaron sus negocios como una forma de buscar ingresos para sostener a sus familias.
Cada 16 de abril se celebra el Día Mundial del Emprendedor, fecha que busca destacar a quienes día a día se esfuerzan por salir adelante de manera creativa, desarrollando nuevos proyectos que en muchas ocasiones benefician directamente a más personas.
Según una encuesta del Ipsos Global Advisor, nuestro país figura como el tercer país con más espíritu emprendedor, incluso en momentos difíciles. Este rasgo de los peruanos pudo apreciarse durante la pandemia por Covid-19, cuando miles de peruanos iniciaron creativos negocios que se mantienen hasta la actualidad.
Hoy, en este día tan significativo, te presentamos la historia de tres mujeres emprendedoras de la Asociación de Mujeres Bodegueras del Perú (Agremub), que mantienen sus bodegas como la fuente de ingresos para sus familias y la de sus colaboradores:
Un negocio de pandemia
La bodega de la familia de Elizabeth Martínez nació hace muchos años cuando su abuelita abrió un negocio en su natal Cusco. Con el tiempo fue pasando de generación en generación.
Al inicio de la pandemia, Elizabeth dejó de trabajar en una entidad financiera porque estaba gestando. Fue en ese momento que decidió tomar las riendas del negocio familiar para emprender y poder tener más tiempo para dedicar a su bebé.
La presidenta de la célula de Cusco de Agremub cuenta que encontró a la asociación por internet. Ahí se pudo capacitar para ampliar su negocio, y lo convirtió en un minimarket.
La tiendita de Pachecho
Antes de abrir su bodega, Karla Pacheco ofrecía artículos de limpieza, perfumes, golosinas y otros, como ambulante. Así estuvo por varios años hasta que se mudó a Carabayllo y decidió fundar “La tiendita de Pacheco”, en honor a sus abuelos, que también fueron comerciantes.
Durante la segunda ola del coronavirus, Karla atravesó un momento difícil, el cual la afectó a tal punto que debió estar hospitalizada, pero, gracias al empuje que puso en su rehabilitación, logró recuperarse totalmente. En la actualidad, es la presidenta de la célula Lima Norte de Agremub.
«La Esperanza” de una familia
La mamá de Susana Ruiz, Esperanza Chang, era jefa de familia y en 1984 decidió iniciar su negocio: una bodega, a la que llamó “La Esperanza”. En 1997, la señora Chang le entregó a su hija Susana la administración del negocio para que continúe con el legado.
Ahora Susana cuenta que la formalización es clave para el éxito de su negocio, así como la capacitación constante en ventas, marketing, liderazgo.
Es por esta razón que Agremub trabaja de manera permanente para que sus asociadas cuenten con conocimientos y capacidades sobre pago de impuestos y licencias, reducción de multas, y otros temas que puedan afectar su negocio.
Si estás interesada en organizarte junto a ellas, puedes contactarlas a través de su página de Facebook: https://www.facebook.com/agremubperu. Allí encontrarás tips, talleres gratuitos e información que te ayudarán a fortalecer tu negocio.