Varias empresas han restringido el uso de IA ante posibles transgresiones a la confidencialidad y fugas de información reservada.
En los últimos años, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha producido diversos efectos en las relaciones personales y profesionales. En lo laboral, la IA viene influyendo en aspectos que van desde la captación de talento hasta la ejecución de tareas, llegando a suplir roles “humanos”. Sin embargo, una automatización de procedimientos sin la adecuada regulación provocaría mayores riesgos que beneficios, advierte Franco Muschi, socio del Departamento Laboral de Garrigues.
Un estudio de IBM identificó que el 42% de las grandes corporaciones (con más de 1000 trabajadores) usan algún tipo de IA para la evaluación de candidatos. Así, algunos procedimientos emplean la herramienta para contrastar información en los curriculum vitae, analizar el lenguaje corporal, la entonación de voz y otras valoraciones propias de la entrevista personal.
Para Muschi, la abrupta irrupción de la IA en la entrevista personal durante la selección de postulantes podría generar riesgos. “La intervención de la IA para tomar decisiones en este aspecto genera la duda sobre si este nuevo método serviría de nicho para eventuales supuestos de discriminación en el acceso al empleo, considerando que el propio empleador podría “calibrar” los parámetros que utiliza la IA para direccionar los procesos de selección hacia determinados perfiles”.
¿Despido por mal uso de la IA?
En lo que respecta a la ejecución de servicios, existe una intensa búsqueda de procesos de IA seguros y fiables. Grandes compañías ya han decidido restringir a sus trabajadores el uso de plataformas “riesgosas” como ChatGPT, META AI, Chatbot y Open AI, entre otras, debido a casos de transgresiones a la confidencialidad y posibles “fugas” de información privada de la empresa.
Para el abogado laboralista, este tipo de riesgos –expuestos a partir del teletrabajo y la ausencia de medidas de seguridad en las compañías– pueden verse acentuados, exponiendo a los colaboradores a fuertes medidas disciplinarias. “Dependiendo de la magnitud del daño, podría darse el despido por la comisión de faltas graves para aquellos trabajadores que utilicen la IA en desmedro de los intereses de la empresa”, apunta.
En cualquier caso, Muschi sugiere que los empleadores deberán implementar programas de capacitación continua para todo el personal vinculado a las operaciones (trabajadores, consultores, contratistas, practicantes). Además, considera indispensable la elaboración de instructivos y políticas internas claras respecto al uso de la IA.