Economía Circular ¿debemos pensar en residuos sólidos o en productos?

«La semántica de economía circular denota un concepto económico que se correlaciona con la sostenibilidad, una sinergia de los aspectos económicos, ambientales y sociales. Sin embargo, la idea que se tiene sobre la economía circular enfrenta diferentes definiciones, muchas veces erradas”, dijo el Dr. Alberto Huiman Cruz, profesor de la carrera de Ingeniería en Gestión Ambiental de la Universidad ESAN.

La economía circular, como la define la fundación Ellen MacArthur, es una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad. Esto implica disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos sólidos del sistema desde el diseño. Por lo tanto, la economía circular es un modelo de producción y consumo, que genera oportunidades económicas y de negocios, proporcionando beneficios sociales y ambientales; comentó Huiman.

Asimismo precisó que, la gestión integral de los residuos sólidos busca ser compatible con las preocupaciones ambientales y la salud pública, y con la conciencia ciudadana respecto a la generación, minimización, separación, reutilización, valorización y disposición final de residuos sólidos65. Es decir, mientras que la economía circular pone el foco en el producto desde su diseño, la gestión integral de residuos sólidos lo tiene en el producto post consumo o uso (residuo generado).

En ese sentido, agregó que la crisis climática hace que muchos países repiensen su forma de producir, y las de consumir y relacionarse con la naturaleza. Los países de Europa tienen el Pacto Verde, una respuesta de la Unión Europea a la crisis climática actual, cuyo elemento principal es el nuevo Plan de Acción para la economía circular, que busca una transición hacia este nuevo modelo económico, que brinde oportunidades para todos, sin dejar a nadie atrás. Ello permitirá reforzar la competitividad, proteger el ambiente y otorgar derechos y empoderamiento a los consumidores, incrementando el PIB de la Unión Europea.

El especialista, explicó que en nuestra región existe la Coalición de Economía Circular de América Latina y el Caribe, formada el año 2021 para servir de plataforma de intercambio de las mejores prácticas de economía circular y promover la cooperación entre los gobiernos, las empresas y la sociedad. Esta coalición es coordinada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y cuenta con una publicación: «Economía circular en América Latina y el Caribe: Una visión compartida», que busca alinear y fortalecer la cooperación para guiar proyectos futuros de los países miembros.

La publicación refiere que la transición hacia una economía circular requiere del diseño específico a nuestras condiciones, fomentando una recuperación continua, con oportunidades de desarrollo económico para una transformación inclusiva y sostenible, y reconociendo que todos tienen un papel que desempeñar para dar vida a la transición.

Huiman indicó que si bien la economía circular como modelo económico alternativo nace como respuesta al inminente agotamiento de recursos naturales y la gran generación de residuos, esta no es lo mismo que gestión integral de residuos sólidos. Estas semánticas, muy distintas pero complementarias entre sí, muchas veces son adoptadas erróneamente por funcionarios, empresarios, activistas y profesionales al disfrazar de economía circular las actuaciones avocadas netamente a residuos sólidos. Es muy común toparse con iniciativas de reciclaje que son promocionadas como modelos de negocio de economía circular, pero ello es un verdadero error.

Finalmente, el experto manifestó que en vista de que estudios científicos prevén que en el 2050 estaremos consumiendo como si tuviéramos tres planetas, urge virar hacia un modelo de producción y consumo sostenible que contraste al modelo económico lineal de extraer, fabricar, usar y eliminar; limitando así el agotamiento de recursos naturales y la generación de residuos sólidos.