Economía circular: una forma de inspirarnos en la naturaleza, donde nada se desperdicia

  • El año pasado, el Ministerio del Ambiente informó que diariamente se generan 21 mil toneladas de basura.

En Perú, se generan diariamente 21 mil toneladas de basura, lo que representa 0.8 kilos por habitante, y existen más de 1700 áreas a nivel nacional degradadas por una inadecuada gestión de residuos sólidos, según datos del Ministerio del Ambiente en 2021; y de acuerdo con COMEX, sólo el 1% de esos residuos son aprovechados.  Ante este panorama, la economía circular se ha convertido en un modelo de producción y consumo fundamental para abordar los desafíos ambientales y promover la sostenibilidad en nuestra sociedad. En términos simples, la economía circular se sustenta en imitar los procesos de la naturaleza donde todo lo que se genera es un insumo para otros procesos y así nada se desperdicia. Este nuevo enfoque podría permitir maximizar el valor de los productos, materiales y recursos existentes, al tiempo que reducirá la generación de residuos y la presión sobre los recursos naturales. En el contexto de preocupación por el cambio climático y la degradación ambiental, la economía circular se posiciona como una alternativa necesaria y viable para lograr alcanzar un bienestar integral sobre la base de un equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación del ambiente.

“Al adoptar prácticas de economía circular, las empresas y la ciudadanía pueden reducir su dependencia sobre  los recursos naturales y disminuir la generación de residuos, lo que a su vez conlleva beneficios económicos, ambientales y sociales. Mediante la implementación de estrategias como la ecoinnovación, el ecodiseño, la reutilización, la remanufactura y el reciclaje, se fomenta la reducción de la extracción de materias primas, se minimiza la contaminación e impulsa la creación de empleo de calidad”, expone Lorena Gaviño, Subgerente de Sostenibilidad de Celepsa, empresa del Grupo UNACEM.

Esta visión innovadora impulsa la adopción de prácticas empresariales más conscientes, fomentando la reutilización, el reciclaje y la reducción del consumo de materias primas. Por ello, Gaviño recomienda que, como parte de una política amigable con el ambiente, las empresas pueden incorporar pequeños cambios para contribuir con el planeta, tales como:

  • Mejorar la eficiencia de las materias primas que requieren para poder brindar sus productos y servicios.  En el caso de Celepsa, hemos mejorado la potencia efectiva 2%, lo que nos permite generar más energía con la misma cantidad de agua.
  • Evitar la generación de residuos a lo largo de la cadena de valor. Podemos solicitar la eliminación del uso de plásticos de único uso por ejemplo, y así evitar la generación de residuos innecesarios.
  • Promover la incorporación de los sub-productos y otros materiales residuales en otras cadenas productivas como insumos, como lo que hacemos a través de nuestra iniciativa Ríos Limpios, donde buscamos promover círculos virtuosos para el aprovechamiento  de residuos sólidos orgánicos para el desarrollo de biohuertos.  Asimismo, el año pasado logramos valorizar más de 10 toneladas de residuos para su aprovechamiento.