El 90% de los fraudes informáticos en el Perú provienen de transferencias electrónicas

El fraude cibernético es la estafa realizada a través de una computadora conectada a internet.

Los ciberdelincuentes ofrecen ofertas atractivas con un anticipo aparte, piden transferencias bancarias a cuentas personales a través de la venta de artículos que son en su mayoría costosos, invitan por mensajes instantáneos a ingresar a los servicios de la banca en línea solicitando descargar e instalar aplicaciones o por medio del nombre de usuario y contraseñas en páginas web apócrifas. Otra técnica utilizada por estos estafadores es la persuasión de sus consumidores a seguir las negociaciones de adquisición del producto fuera de la plataforma digital.

Los tipos de ataques en línea más comunes durante el 2020 tuvieron  foco en temas relacionados con el covid-19.

En el Perú, las modalidades habituales de estafas online son:

  1. Páginas en Facebook de negocios falsas

Los ciberdelincuentes piden el pago anticipado por la venta de productos relacionados con la pandemia (mascarillas, oxígeno, trajes de protección) y los compradores no reciben los productos ofrecidos.

  1. Creación de páginas web falsas de marcas reconocidas 

Los cibercriminales suplantan la identidad de marcas conocidas para engañar a los usuarios.

  1. Anuncios de trabajo fraudulentas

Los estafadores inventan anuncios con ofertas laborales de empresas que no existen para captar datos personales pidiendo el pago por una certificación para luego del engaño desaparecer.

Tendencia Creciente de Estafas Online

Los datos recopilados por el Ministerio Público en nuestro país evidencian un incremento acelerado de denuncias por delitos informáticos año a año.

Las denuncias por delitos informáticos registrados de octubre de 2013 a julio de 2020, fueron más de 12.000, pero lo realmente preocupante es que casi el 50% de las denuncias registradas en esos 7 años corresponden solamente a dos años: 6047 de delitos fueron captados solamente en 2019 y 2020. De esta forma, se visualiza la tendencia creciente de los delitos, donde los registros del 2020 son un 846% más que los del 2013.