Por: Andrew Donoghue, director global de Relaciones con Analistas en Vertiv.
El diccionario define resiliencia como “la capacidad de recuperarse rápidamente de dificultades; resistencia”.
Cuando se trata de ejemplos actuales y reales de resiliencia, puede que no busquemos más allá del personal de salud de primera línea, profesores o cualquiera que haya ofrecido servicios vitales de forma estoica durante la pandemia.
Sin embargo, antes de la pandemia puede hubiésemos buscado ejemplos más evidentes de resistencia: quizás un boxeador. Si usted está buscando un boxeador profesional para ilustrar un punto, no hay mejor ejemplo que Muhammad Ali.
Una de las más famosas peleas de Ali fue la llamada “La pelea en la selva”, en Zaire (hoy, la República Democrática del Congo) en 1974. Algunas veces considerado como “posiblemente el más grande evento deportivo del siglo XX”, un Ali de 31 años se enfrentó a un campeón mundial más joven y fuerte: George Foreman, de 25 años. A pesar de su fama y experiencia, Ali venía desfavorecido en las apuestas un 4-1.
Flotar como una mariposa
Cuenta la historia que, en el periodo previo a la pelea, Ali reforzó la idea preconcebida de que usaría su famosa agilidad —“flotar como una mariposa, picar como una abeja”— para “bailar” alrededor de un Foreman más lento, pero más fuerte. Sin embargo, lo que sucedió aquel día fue completamente diferente. En vez de evitar a Foreman, Ali parecía dejarse arrinconar en la esquina.
No solo eso, él se recostaba sobre las cuerdas y dejaba que su cuerpo y las cuerdas, absorbieran el castigo. ¿El resultado?
Foreman finalmente se cansó y Ali ganó la pelea. El estilo de “marear contra las cuerdas” (rope-a-dope), como se llegó a conocer, demostró ser decisivo.
La lección es evidente: la resiliencia es no solo absorber el castigo, sino también adaptarse para evitarlo. Ali sabía que no podría ganar con sus tácticas usuales, así que se adaptó a las difíciles condiciones —la juventud y fuerza de Foreman—. Exactamente este tipo de agilidad y la capacidad de transformación es crítica a medida que las compañías continúan respondiendo a la pandemia, de acuerdo con una nueva investigación de los analistas de la industria, IDC.
La resiliencia digital
El Índice de Resiliencia Digital mide cómo la transformación digital no solo hace que las compañías sean más productivas, sino también más resilientes frente a un entorno “volátil, incierto, complejo y ambiguo” (VICA). En una entrada del blog (la investigación completa se encuentra disponible únicamente para los clientes de IDC), IDC afirma que una gran cantidad de enfoques prepandémicos de resiliencia de TI fallaron en proteger a las compañías contra interrupciones, lo cual ha llevado a las empresas a adoptar nuevos enfoques apresuradamente.
“Los planes de resiliencia de TI con base en respaldo datos/replicación clásicos y conmutación por error a centros de datos secundarios en áreas no afectadas han demostrado ser poco prácticos a medida que los equipos de TI se esfuerzan por tener acceso a ubicaciones primarias o secundarias y se enfrentan a atascos en el rendimiento de la red,” indica IDC. “Este esfuerzo provocó un marcado aumento en el uso de instalaciones basadas en coubicaciones con sólidas opciones de interconexión de red”.
Las compañías se vieron obligadas a reconfigurar rápidamente los enfoques previos a la pandemia para la resiliencia del centro de datos y adoptar medidas de forma amplia y táctica. IDC afirma que el próximo paso es implementar una verdadera resiliencia digital. Esto se basa en la alineación de dos áreas de la planificación de la resiliencia que estaban muy separadas anteriormente:
Los líderes de la Línea de Negocios se enfocaron más en la Resiliencia Empresarial, o la “capacidad de una organización de responder a las interrupciones del negocio, restaurar las operaciones comerciales a tiempo y mantener el sentido clave de propósito”.
Para los líderes tecnológicos, todo se trataba de resiliencia de TI, que se trataba de la capacidad de una organización de mantener niveles aceptables de servicio durante, y más allá, de interrupciones graves de los sistemas de TI.
IDC no es el único que piensa en la resiliencia digital no solo para esta pandemia, sino también para amenazas futuras; lo que diferencia al índice es que intenta cuantificar el progreso realizado. “Para prepararse para interrupciones empresariales futuras, las organizaciones necesitan planes que les permitan adaptarse rápidamente y no solo responder”, indicó Stephen Minton, vicepresidente en el grupo de Análisis y Opiniones de los Clientes para IDC.
No solo responda. Adáptese
Si Ali solo hubiese respondido, en lugar de adaptarse, la “Pelea en la selva” habría tenido un resultado muy diferente. Pero, ¿cuáles estrategias específicas de resiliencia digital deberían adoptar las organizaciones? De acuerdo con IDC, el índice da seguimiento a cómo las inversiones tecnológicas cambiarán con el tiempo con base en las cambiantes condiciones. Estas inversiones forman parte de tres categorías diferentes y ya hay evidencia de compañías que están adoptando estos enfoques:
Inversiones clave: enfocarse en mantener las operaciones comerciales en un mercado VICA. Siemens implementó recientemente una “solución de experiencia en el lugar de trabajo” en más de 600 sitios desde julio hasta octubre de 2020 para sentar las bases para un regreso seguro al trabajo para lugares de trabajo digitales preparados para el futuro.
Inversiones en adaptación: moverse rápidamente para aprovechar las cambiantes condiciones. L’Oreal ha publicado transmisiones de video en directo para ofrecer capacitaciones de belleza y la “belleza como un servicio” como parte de un nuevo modelo de suscripción. ‘beauty-as-a-service’ as part of a new subscription model.
Inversiones en agilización: invertir para desarrollar nuevas capacidades, capturar nuevas oportunidades de mercado e impulsar el crecimiento. BMW lanzó una audaz iniciativa para redefinir sus operaciones con sostenibilidad en el núcleo. Esto trasciende la cadena de suministro, la producción y el producto en sí (el automóvil) con objetivos específicos para la reducción de las emisiones de carbono, pero también las ganancias esperadas con la eficiencia operativa.
Así como Muhammad Ali se enfrentó a más oponentes, como su eventual batalla contra el mal de Parkinson, es evidente que la pandemia actual no será el último evento disruptivo al que se enfrentarán las organizaciones. Con suerte, adoptar una estrategia distinta de “resiliencia digital” se traducirá en que más empresas se encontrarán rebotando en las cuerdas para ser “las mejores” en lo que hacen.