Por Guilherme Chaddad, Partner Management-Sr Director, Global Partners & Alliances de FICO, Celina Koshimizu, Partner Success Advisors-Partner, Global Partners & Alliances de FICO y Luis Silvestre, Domain Pre Sales-Principal Consultant, Global Domain PreSales de FICO.
La dinámica de la industria de pagos está cambiando rápidamente, ya que los adquisidores, las redes de tarjetas y las fintech buscan maneras nuevas de captar valor. La función de los bancos tradicionales, históricamente dominantes en el sector, podría perder fuerza a medida que los nuevos participantes innovan y obtienen relevancia.
La creciente adopción de la banca como servicio (BaaS, por sus siglas en inglés) y la banca abierta apunta hacia esta tendencia. Las fintech y los gigantes tecnológicos están explorando soluciones financieras, a pesar de que los bancos aún cuentan con ventajas regulativas y acceso directo a las fuentes de capital.
El panorama actual del mercado de pagos
- Adquisidores → Desarrollan servicios especializados (p. ej., inteligencia de datos, líneas de crédito, soluciones de lealtad) para generar más ingresos y reducir la dependencia de las tasas de descuento para comerciantes (MDR, por sus siglas en inglés).
- Redes de tarjetas (Visa, Mastercard, etc.) → Están invirtiendo en tokens y billeteras, ampliando su función más allá del procesamiento de pagos e ingresando en el espacio de pagos de cuenta a cuenta (A2A, por sus siglas en inglés).
- Emisores (bancos tradicionales) → Continúan obteniendo la mayoría de sus ganancias de los intereses, pero enfrentan presiones regulativas y competencia de los nuevos modelos crediticios.
- Reguladores → Se dedican activamente a equilibrar la innovación y la estabilidad financiera. Los bancos centrales en todo el mundo adoptan diferentes estrategias para cumplir objetivos similares, tales como promover los pagos instantáneos, regular las comisiones de intercambio o aplicar las reglas de las finanzas abiertas. En ciertos casos, las regulaciones conducen a cambios estructurales del mercado, mientras que, en otros, crean desafíos operativos a los cuales los bancos y las fintech deben adaptarse rápidamente.
Consideremos, por ejemplo, Pix de Brasil. En tan solo cuatro años, este sistema de pagos en tiempo real, lanzado por el Banco Central de Brasil, se ha convertido en el método de pago dominante en el país, con más de 157 millones de usuarios (el 76.4 % de la población). Según un informe reciente del Banco Central, Pix ha superado en popularidad al efectivo y las tarjetas de débito.
Mientras tanto, los bancos, que solían controlar el flujo de pagos, han tenido que adaptarse; de otra forma, corren el riesgo de volverse obsoletos.
¿Qué sigue para los bancos?
El futuro es incierto, pero un escenario factible es que los bancos dejen de dominar los pagos directamente. En su lugar, podrían asumir una función complementaria para proporcionar infraestructura de servicios financieros, mientras que las fintech y los gigantes tecnológicos controlan la experiencia del cliente. Esta transformación se alinea con la nueva “Era Disociada” presentada por el Informe de Pagos Globales de McKinsey, en la cual los pagos se disocian cada vez más de las cuentas bancarias tradicionales y se integran de forma transparente en los ecosistemas digitales.
A medida que los usuarios exigen mayor comodidad, accesibilidad y seguridad, los servicios financieros deben evolucionar para satisfacer estas expectativas. La tecnología de blockchain podría convertirse en un pilar central de esta nueva arquitectura financiera, mientras que la experiencia en gestión de crédito será aún más crítica para respaldar a las fintech, a los adquisidores y a los gigantes tecnológicos.
El auge de los pagos instantáneos podría reducir el uso de tarjetas de crédito y débito, lo que afectaría directamente los ingresos de los bancos por comisiones de intercambio e intereses de crédito revolvente. Con el fin de anticiparse a este cambio, las redes de tarjetas como Visa y Mastercard ya están desarrollando soluciones de pago A2A para mantener su relevancia, incluso sin el modelo tradicional de tarjetas.
Si los bancos pierden el control sobre la experiencia del cliente y se limitan a ser proveedores de infraestructura, podrían operar con márgenes más estrechos y depender de la escala para mantenerse rentables. Si esta tendencia se intensifica, los bancos podrían necesitar diversificar sus fuentes de ingresos cobrando tarifas por servicios de transferencias instantáneas o implementando modelos de crédito integrado para compensar la disminución de los ingresos relacionados con las tarjetas.
El auge de los adquisidores y las fintech
Los adquisidores como Stripe y Adyen se han percatado de que depender únicamente de las MDR no es sostenible. Por lo tanto, están expandiéndose hacia los servicios bancarios para comercios, crédito, billeteras y cuentas digitales, lo que los coloca en competencia directa con los bancos al ofrecer una variedad completa de soluciones financieras para empresas.
Mientras tanto, los adquisidores más pequeños, incapaces de competir con las grandes plataformas, se diferencian ofreciendo servicios especializados dirigidos estratégicamente a las pymes y los emprendedores.
En contraste, los grandes bancos que poseen sus propias redes de adquisición a menudo las tratan como productos secundarios en lugar de estrategias comerciales centrales. Esta falta de enfoque puede alienar a los clientes y generar la percepción de que los bancos no están priorizando las verdaderas necesidades del mercado.
La banca como servicio y los gigantes tecnológicos
Con el surgimiento de la banca como servicio, o BaaS, los bancos fungen cada vez más como proveedores de infraestructura financiera para las fintech y los gigantes tecnológicos, que ya dominan la experiencia de usuario y mantienen relaciones directas con los clientes.
En este escenario, Google, Apple, Amazon y Mercado Pago podrían ofrecer servicios bancarios sin que los usuarios siquiera se percaten de que, detrás de la transacción, se encuentra un banco. Los bancos que no se adapten corren el riesgo de verse reducidos a un servicio financiero complementario sin interacción directa con los clientes y, en consecuencia, con menos influencia en el mercado.
Esta pérdida de interacción con los clientes podría afectar la rentabilidad, ya que operar únicamente como infraestructura por lo general significa menos márgenes y menos oportunidades de ingresos por transacción.
La amenaza del CAPD y lo modelos de crédito alternativos
El auge de “Compre ahora, pague después” (CAPD), impulsado por las fintech y los gigantes tecnológicos, amenaza el dominio de los bancos sobre el mercado de crédito a consumidores, en especial respecto a las tarjetas de crédito tradicionales.
Históricamente, los bancos han controlado el crédito de los consumidores, pero si las fintech y las redes de tarjetas promueven con éxito el financiamiento directo a través de las billeteras digitales, los emisores de tarjetas podrían perder relevancia.
Para mantenerse competitivos, los bancos deberán reinventar sus ofertas crediticias, adoptar modelos híbridos que combinen CAPD, planes de pago flexibles y puntuaciones de crédito, y utilizar los datos de las finanzas abiertas para ofrecer soluciones crediticias más personalizadas y accesibles.
Los bancos sobrevivirán, pero su función cambiará
Los bancos no están desapareciendo, pero su función en el ecosistema financiero está cambiando rápidamente. Seguirán siendo participantes clave, en especial las instituciones más grandes, que aún poseen una cuota significativa del sector de depósitos y transacciones financieras.
Sin embargo, están perdiendo el control sobre la experiencia del cliente, ya que los adquisidores, las redes de tarjetas, las fintech y los gigantes tecnológicos están tomando la delantera. En lugar de dominar todo el ecosistema de pagos, los bancos podrían convertirse en proveedores de infraestructura para los participantes más innovadores del mercado.
Más que nunca, la experiencia del usuario será un factor decisivo: si los nuevos competidores ofrecen servicios financieros fluidos e intuitivos, los bancos corren el riesgo de volverse invisibles en el mercado.
Plataformas de datos y decisiones: La clave para mantenerse competitivos
El futuro del mercado de pagos no estará definido sólo por la tecnología, sino por la eficacia con la que cada participante aproveche los datos para mantenerse relevante. Para evitar quedar relegados, los bancos, los adquisidores y las redes de tarjetas deben considerar esta transformación como una oportunidad para reinventar sus modelos de negocio y no como una amenaza. En este contexto, las plataformas de decisiones (Gartner Report) serán fundamentales para brindar información estratégica, lo que permitirá a los bancos avanzar más allá de la infraestructura y ajustar sus productos y servicios de forma dinámica. Si aprovechan los datos de las finanzas abiertas, el análisis del comportamiento del consumidor y el historial de pagos, los bancos pueden desarrollar nuevos modelos de crédito que garanticen una mayor eficiencia y un acceso más amplio a los servicios financieros.
Además, mejorar la experiencia del cliente será crítico. Si los bancos no invierten en ecosistemas financieros eficientes y estrategias basadas en datos, corren el riesgo de perder participación de mercado frente a las fintech y los gigantes tecnológicos, los cuales actualmente dominan la interacción con los clientes. Y no hay que olvidar a los adquisidores: sus clientes son los comerciantes, que tienen sus propias demandas y expectativas.
El camino hacia la competitividad es claro: adoptar plataformas de decisiones para acelerar la adaptación y garantizar que cada participante no sólo sobreviva, sino que prospere en este nuevo panorama financiero.