El país con el megaproyecto que convertirá el desierto en una megaciudad

Este plan contempla una extensa red de túneles subterráneos y el uso de inteligencia artificial para optimizar el sistema de transporte.

Asia está llevando a cabo una ambiciosa iniciativa de ingeniería destinada a transformar un vasto desierto en una metrópoli gigantesca. Este proyecto, que se perfila como uno de los más grandes y avanzados del mundo, no solo convertirá una zona desértica en un próspero oasis urbano, sino que también incorporará tecnologías de inteligencia artificial (IA) para optimizar su operación y gestión.

El proyecto contempla la construcción de embalses, túneles subterráneos y un sistema de gestión del agua para transformar el desierto, caracterizado por sus condiciones extremas, en una zona habitable. A pesar de ser una iniciativa ambiciosa y de gran escala, se espera que este desarrollo urbano no solo sirva como un modelo de sostenibilidad, sino que también pueda convertirse en una segunda capital del país.

El proyecto para convertir el desierto en una megaciudad

China ha avanzado significativamente en el desarrollo de grandes proyectos de ingeniería, y el megaproyecto en la región desértica de Xinjiang es un claro ejemplo de ello. Comenzado en 2018, este proyecto tiene como meta construir una ciudad en el desierto que pueda albergar a 200 millones de personas, convirtiéndola en una de las ciudades más grandes del mundo. Xinjiang, situada en el noroeste de China, es conocida por sus condiciones climáticas extremas y la escasez de recursos hídricos, lo que hace de este proyecto un verdadero desafío.

La construcción de esta megaciudad incluye la instalación de sistemas de transporte subterráneos y túneles acuíferos que llevarán agua del deshielo y de las inundaciones a esta árida región. El propósito es hacerla habitable y autosuficiente en términos de recursos. Según el plan del gobierno chino, este proyecto no solo tendrá beneficios económicos y demográficos, sino que también busca redistribuir a la población y aliviar la presión sobre las áreas metropolitanas ya saturadas del país.

Infraestructura subterránea de la nueva ciudad

Uno de los pilares fundamentales de este proyecto es la creación de infraestructura subterránea a gran escala. Hasta 20 tuneladoras están trabajando día y noche para crear un sistema de túneles que alcanzará los 1,000 kilómetros. Estos túneles subterráneos permitirán el transporte de agua y materiales hacia el desierto, haciendo posible el establecimiento de la nueva ciudad. Además, se están construyendo embalses de gran capacidad para almacenar el agua proveniente de las montañas y distribuirla uniformemente por la región.

Este sistema es esencial para asegurar un suministro continuo de agua a la futura ciudad, dado que Xinjiang enfrenta sequías y una distribución desigual del agua. La construcción de estas infraestructuras hídricas será crucial para garantizar que la megaciudad cuente con los recursos necesarios para sostener a millones de habitantes, mientras se desarrolla en una de las regiones más inhóspitas del mundo.

El papel de la inteligencia artificial en la construcción del proyecto

Uno de los aspectos más innovadores de este proyecto es el uso de inteligencia artificial para gestionar el transporte y la logística durante su construcción. El enorme volumen de vehículos que transportan escombros y materiales ha generado problemas de tráfico y retrasos en las obras. Sin embargo, desde el año pasado, una avanzada IA ha comenzado a manejar este flujo de transporte subterráneo, mejorando considerablemente la eficiencia.

Según el South China Morning Post, la inteligencia artificial ha duplicado el flujo de vehículos, aumentado la velocidad media en un 10% y reducido los accidentes en gran medida. La IA guía a los conductores mediante comandos de voz y emite advertencias cuando detecta posibles peligros. Este sistema avanzado ha permitido que el proyecto siga su curso sin los inconvenientes que tradicionalmente retrasan obras de esta magnitud. Los próximos pasos en el uso de esta tecnología incluyen la implementación de reconocimiento de obstáculos y sistemas de conducción autónoma.