Hasta 23 minutos tardaría en volver a concentrarse en la oficina un trabajador que ha sido interrumpido. Esos son los datos que ha arrojado uno de los últimos estudios de la Universidad de California, Irving. En concreto, 23 minutos y 15 segundos sería el plazo para conseguir un grado de concentración pleno.
Pero el problema en oficinas que no están optimizadas no es este, sino que, ese mismo trabajador sufre una interrupción cada tres minutos. Una cifra que empieza a poner en valor la necesidad de las empresas de fijarse en la propia estructura de la oficina; ya que, sin duda, el capital humano es el que permite a una empresa tener buenos resultados.
“Se ha demostrado que este tipo de interrupciones deriva también en estrés acumulado y, éste, en bajas laborales. Y todo por el ruido. Algo que no parece tan relevante en la empresa es el causante de más de la mitad de las bajas finales de trabajadores. Da que pensar” explican desde Ecophon.
¿Qué cifras mueven las oficinas bien acondicionadas acústicamente?
Esta es la pregunta que se plantean muchos directivos cuando se les propone hacer un estudio y habilitar los centros de trabajo con un buen acondicionamiento acústico y, más si cabe en los nuevos modelos disruptivos en los que las oficinas tienden cada vez más a ser diáfanas.
Las cifras no mienten, según el mismo estudio
- el 66% de los trabajadores decían sentir más motivación por su trabajo
- para el 30% se notaba un ritmo cardíaco más bajo, lo que lleva a más tranquilidad y mejor toma de decisiones
- el rendimiento final se incrementa hasta en un 20% de forma general, que asciende a un 50% cuando la tarea requiere más concentración
Para los más incrédulos, Ecophon, en colaboración con el Centro de Investigación Sueco del Estrés, hizo un estudio en el Ayuntamiento de Sundbyberg, el objeto del estudio era analizar el impacto del ruido en la salud, bienestar y productividad de los trabajadores de las oficinas del ayuntamiento, repartiendo a unos 150 trabajadores en dos plantas diáfanas para que valoraran, entre otras cosas, las distracciones y el estrés, haciendo cambios y modificaciones en el acondicionamiento acústico sin el conocimiento de los trabajadores. En las encuestas se percibió claramente cómo, en los espacios que tenían peor acondicionamiento, reconocieron sentir más estrés por culpa de las distracciones ambientales.
“Se ve la relevancia de todo esto cuando, desde mayo del año pasado, existe a nivel internacional un nuevo estándar. El ISO 22955 busca dar solución a la convivencia de la comunicación oral con la concentración en los centros de trabajo. La rentabilidad de las empresas sube considerablemente en el corto plazo gracias a un trabajo más optimizado” concluyen.