A más de diez años del fallo de La Haya, el Perú enfrenta un problema que afecta la pesca en su nueva zona marítima.
En 2014, Perú obtuvo un importante logro al ganar a Chile un triángulo marítimo de más de 50,000 kilómetros cuadrados gracias al fallo de la Corte Internacional de Justicia. Esta área, rica en recursos pesqueros como jurel, caballa y bonito, representa una gran oportunidad para la industria de consumo humano directo (CHD). Sin embargo, su explotación enfrenta serias dificultades debido a la falta de infraestructura adecuada en el litoral de Tacna.
Un problema sin resolver
Jesús Véliz, presidente de la Asociación de Conserveros del Perú, advirtió que el desembarcadero pesquero de Morrosama, construido hace dos años entre Tacna e Ilo, es insuficiente para atender la creciente demanda. Este déficit se ha agravado, ya que el 80 % de los principales recursos pesqueros para CHD proviene de esta zona en los últimos dos años.
Las embarcaciones que operan en el triángulo marítimo y en otras áreas del litoral sur peruano enfrentan colas de hasta cinco días para desembarcar su carga, lo que retrasa las operaciones y afecta a toda la cadena productiva.
¿Qué está en juego?
A más de una década del fallo, el potencial del triángulo marítimo sigue sin aprovecharse al máximo, y la industria pesquera enfrenta un desafío que requiere una solución urgente.