A menos de una semana de las elecciones, muchas encuestas muestran que la contienda entre los dos candidatos está muy reñida. El resultado es muy difícil de predecir, ya que la votación en 7 u 8 estados clave podría inclinarse en cualquier dirección. Esta incertidumbre podría provocar una volatilidad significativa para el dólar. Luis Miguel García de Águeda, Director Nacional de iBanFirst en España, explica los efectos sobre el dólar, en el contexto de las elecciones estadounidenses.
Históricamente, los fondos de cobertura tienden a tomar posiciones alcistas en el dólar estadounidense en las semanas previas a las elecciones, que es de hecho lo que estamos viendo ahora. El índice del dólar está sobrecomprado. Tras el anuncio de los resultados, los fondos suelen recoger beneficios, lo que provoca la caída del dólar durante las cuatro o cinco sesiones bursátiles siguientes. Esta vez, sin embargo, el resultado es incierto, y mucho dependerá del propio resultado.
Existe la posibilidad real de que se produzcan recuentos en algunos estados, además de numerosas impugnaciones legales que podrían retrasar el anuncio del ganador. En consecuencia, nos espera un periodo de gran incertidumbre.
En previsión, creemos que muchos inversores podrían optar por aferrarse a sus dólares y reducir la exposición a divisas de mayor riesgo como el euro y la libra esterlina, optando en su lugar por activos como el oro o los bonos del Tesoro estadounidense. Esto podría empujar el tipo de cambio EUR/USD por debajo de 1,07 y el GBP/USD («cable») por debajo de 1,28.
¿Y en caso de empate?
El peor de los casos sería un empate en el Colegio Electoral (269 a 269), cuyos miembros eligen tanto al presidente como al vicepresidente. En circunstancias normales, a cada estado se le asignan tantos electores como representantes y senadores tiene en el Congreso. En caso de empate, sin embargo, esto cambia: cada estado recibe sólo un elector, lo que podría favorecer a Trump, ya que tiene ventaja en más estados que Kamala Harris.
En la práctica, esto significaría que Wyoming, con una población de 600.000 habitantes, tendría tanta influencia en la elección del próximo inquilino de la Casa Blanca como California, con 39 millones de residentes. Este escenario sería la receta perfecta para una crisis institucional y una agitación sustancial en los mercados financieros.