En el Perú, ante el compromiso de reducir el 20% de las emisiones de los gases de efecto invernadero para 2030, ha creado concientización sobre sostenibilidad empresarial en los sectores: extractivo, manufactura, energía, y tras la pandemia, retail y alimentos.
Judith Sotelo, profesora de la carrera de Ingeniería Industrial y Comercial de la Universidad ESAN, indicó que aunque no hay estadísticas sobre la sostenibilidad en la cadena de suministro en el país, según el portal de Huella de Carbono Perú del Ministerio del Ambiente existen algunas iniciativas de 270 empresas que reportan su huella de carbono, además de otras 200 que se encuentran en el Global Compact y Bolsa de Valores, números que representan menos del 1% de las compañías formales peruanas.
Sin embargo, agregó que en el 2021 existió un crecimiento en el interés por temas de sostenibilidad empresarial, gracias a la gobernanza, el perfil del nuevo consumidor y las oportunidades del crecimiento del comercio electrónico (50% a comparación del 2019 según el Instituto Peruano de la Economía) que impulsado por la pandemia, trajo el replanteamiento de la cadena de suministro para trabajar de forma integral y colaborativa.
En cuanto al impacto de la pandemia en la cadena de suministros, la especialista afirmó que no todas han tenido la misma capacidad de afrontarla positivamente, sabiéndose que más del 60% de ellas son cadenas no robustas y que han tenido problemas en dos actividades principales: abastecimiento y distribución.
Aún así, dijo que el impacto positivo y desde la sostenibilidad, fue mitigar los riesgos en la interrupción del flujo de la cadena a través de las alianzas con proveedores, acelerar la digitalización de los servicios y, aunque en el criterio ambiental hubo una tracción, el incremento de los servicios de transporte será un sector importante para reducir la huella de carbono.
Asimismo, Sotelo recalcó importancia de la sostenibilidad de la cadena de suministros en la reducción de desperdicio de alimentos y la contaminación del medio ambiente, ya que esta influye desde el primer hasta el último eslabón de la cadena: valor compartido con los agricultores para la obtención de insumos, mejora en la eficiencia de almacenamiento para productos perecibles, uso de envases o empaques ecológicos, tercerización de transporte verde y concientización al consumidor.
“Con la suma de estos esfuerzos en la toda la cadena se busca alcanzar el punto 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (iniciativa impulsada por Naciones Unidas), que es lograr la producción y el consumo responsable de alimentos”, puntualizó.
Así, la docente de la Universidad ESAN, señaló que el beneficio de este tema para la empresas y la sociedad es bidireccional, es decir mejora la sociedad y con ella la empresa, y viceversa. De esta manera, la empresa a mediano plazo puede mejorar el nivel de servicio al cliente e indirectamente un ahorro en
coste por la eficiencia de los recursos energéticos y/o ecosistémicos, así como reducir los impactos ambientales. Además, de lograr cumplir las normas, mejorar su reputación y también su marca. Por su parte, la sociedad, además de recibir un beneficio directo de contar con la disponibilidad de los productos, mejora las condiciones ambientales y sociales donde habita.
En ese sentido, Sotelo recomendó a las empresas trabajar de la siguiente manera:
A nivel estratégico, la sostenibilidad debe estar en el core del negocios, es decir, debe formar parte de la estrategia de negocio, no debe ser manejado como un proyecto aislado. Al respecto, al formular la estrategia, antes se hace necesario comprender los servicios ecosistémicos que estamos usando e impactando en cada eslabón de la cadena de suministro, elaborar la matriz de materialidad en función a las tres dimensiones: social, económico y ambiental, para priorizar, junto con los grupos de interés de toda la cadena, los principales drivers que estarán en la plan estratégico de la empresa.
Seguido, para tener un real impacto, se requiere aterrizar la estrategia en cada etapa de la cadena de suministro: abastecimiento de suministro, almacenes, gestión de stock, transporte y logística inversa. Esto traerá mejorar los niveles de servicio al cliente y crear mayor valor para el mismo. Por lo tanto, en un tiempo no muy lejano, la academia cumplirá un rol muy importante, no solo en fomentar la sostenibilidad, sino la alineación de la sostenibilidad en el diseño del plan estratégico y operativo del negocio.