Por: Gonzalo Aravena, Director de Proyectos de Hikvision Perú
La tecnología de seguridad viene sumando esfuerzos para adaptarse a diferentes escenarios sin distinción alguna. No obstante, no todo es color de rosa, uno de los principales retos, es el acceso en los sitios y operaciones remotas y rurales, donde no hay suministro de energía o redes fijas disponibles, como en las granjas y pesquerías hasta operaciones forestales, oleoductos y gasoductos e incluso parques nacionales.
Ahora, si nos trasladamos a las zonas urbanas, la reactivación de las actividades culturales y de entretenimiento se vienen desarrollando en el país, que, a pesar de tener aforos reducidos, la seguridad debería ser uno de los principales factores a implementar. Asimismo, ciertas actividades como de construcción y sitios de mantenimiento de carreteras, son contextos que también requieren de resguardos y monitoreo constantes, pero ¿cuál es el desafío en estos casos?
En el primer caso, en los lugares remotos, en frecuencia estos sitios están «fuera de la red» y no cuentan con la energía y conectividad necesarias para implementar cámaras de monitoreo de seguridad. En el segundo, algunos de estos espacios no cuentan con determinados requisitos de seguridad temporal, lo cual hace que la implementación de las tecnologías fijas sea un reto y, añadido a ello, su costo difícilmente sería considerado como parte de.
Cumplir con los requisitos de seguridad en espacios remotos y temporales, ha impulsado a la industria de seguridad tecnológica a crear soluciones “independientes”, a partir del uso de energías renovables para su funcionamiento, tal es el caso de la energía solar.
Las cámaras con alimentación de energía solar usan paneles fotovoltaicos, que permiten la captura de los rayos de luz del sol y así se transforman en la principal fuente de energía directa para su funcionamiento. Además, cuenta con baterías de litio recargables de gran duración.
Este hito ha demostrado que la industria de video vigilancia viene dando pasos agigantados en busca que los operadores pueden continuar monitoreando y asegurando sus espacios sin interrupciones, incluso en las condiciones climáticas más duras y desafiantes.