Entre la volatilidad financiera, conflictos geopolíticos y decisiones monetarias clave

Por Felipe Mendoza, Analista de mercados financieros ATFX LATAM

Los mercados financieros globales continúan atravesando un período de incertidumbre caracterizado por la interacción de múltiples factores, que incluyen la política monetaria, la evolución de los mercados de valores, el impacto de la guerra comercial y la creciente inestabilidad geopolítica. Estados Unidos, Europa y Asia presentan dinámicas específicas que están influyendo en las perspectivas económicas y financieras a corto y mediano plazo.

En Estados Unidos, la Reserva Federal ha optado por mantener las tasas estables durante la primera mitad del año, con la expectativa de implementar dos reducciones a partir de septiembre, según los economistas. Sin embargo, a pesar de cuatro cifras de inflación más débiles de lo esperado (IPC, IPP subyacente y general), las probabilidades de un recorte en mayo se desplomaron del 50% al 25%. A su vez, el mercado de bonos sigue sin prever una recesión, con los diferenciales de crédito todavía ajustados y el VIX de tres meses mostrando un costo de caída bajo.

En el ámbito corporativo, los mercados han sido testigos de movimientos relevantes. Apple enfrenta su peor semana desde marzo de 2020, mientras que la lista VIP de hedge funds de Goldman Sachs ha sufrido su peor período de bajo rendimiento en relación con el S&P 500 desde la misma fecha. Tesla ha sellado una alianza estratégica con Baidu para mejorar su sistema de conducción autónoma total en China, mientras que BP busca vender el 50% de su unidad solar a un socio estratégico, con ofertas esperadas en junio. Por otro lado, el JPMorgan Hedged Equity Fund mantiene una enorme posición de venta en el S&P 500 a través de operaciones de collar, lo que podría desencadenar la compra o venta de hasta 10.000 millones de dólares en valor nocional de acciones, dependiendo de los cierres semanales.

En el mercado energético, la OPEP+ ha mantenido sin cambios su previsión de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2026 en 1,43 millones de barriles diarios (bpd), mientras que la producción de crudo del grupo aumentó a 41,01 millones de bpd en febrero, liderada por Kazajistán, que superó su cuota dentro del acuerdo debido a la expansión de su campo petrolífero de Tengiz. Chevron, en respuesta a las políticas de la administración Trump, busca reemplazar el petróleo venezolano en sus refinerías con suministros de México, Brasil y Oriente Medio. Por su parte, la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha recortado sus previsiones de demanda de petróleo para 2025, citando la creciente amenaza de la guerra comercial y la incertidumbre económica global.

Desde el frente geopolítico, la relación entre EE.UU. y Rusia sigue en un punto de alta tensión. El Kremlin ha señalado que la reunión entre Trump y Putin se programará una vez que Witkoff haya transmitido a Trump la información obtenida en Moscú. Peskov confirmó que aún no hay una fecha definida para dicha conversación. En paralelo, el presidente ucraniano Zelenskiy ha indicado que Putin está preparando una propuesta de rechazo al alto el fuego, pero teme decírselo directamente a Trump. Rusia y Bielorrusia emitieron una declaración conjunta en la que califican las acciones de la OTAN en la crisis ucraniana como «hostiles y desestabilizadoras», y advirtieron sobre el riesgo de un conflicto nuclear. Mientras tanto, Putin ha manifestado que está dispuesto a detener la guerra en Ucrania, pero solo bajo condiciones que resuelvan las «causas profundas del conflicto». También ha propuesto una cooperación energética con EE.UU. que permitiría la construcción de un gasoducto para Europa con suministro de gas ruso a precios competitivos.

En Europa, el Banco Central Europeo enfrenta una coyuntura complicada. Holzmann advirtió que el aumento del gasto en la región podría obligar al BCE a subir los tipos de interés, retrasando los recortes previamente esperados. Alemania, por su parte, ha llegado a un acuerdo histórico con los socialdemócratas y los Verdes para flexibilizar el freno de deuda y lanzar un gigantesco paquete de inversión en defensa, infraestructura y clima, lo que provocó un alza en la rentabilidad de los bonos alemanes a 10 años hasta el 2,93%. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, mencionó en una entrevista con la BBC que las tensiones comerciales con EE.UU. podrían llevar a un “momento europeo” de renovación económica. En el Reino Unido, la Oficina Nacional de Estadísticas retrasó la publicación de los datos comerciales de enero hasta el 28 de marzo tras detectar errores en la información.

El comercio internacional sigue viéndose afectado por las decisiones proteccionistas de la administración Trump. Estados Unidos mantiene su postura de aplicar aranceles a los automóviles importados el 2 de abril, lo que ha generado represalias por parte de Canadá con la imposición de aranceles del 25% sobre productos estadounidenses valorados en 29.800 millones de dólares canadienses. México también ha evaluado implementar medidas similares en respuesta a las tarifas al acero y aluminio. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado que la UE está dispuesta a negociar con EE.UU., pero defenderá sus intereses ante cualquier nueva medida proteccionista.

En Asia, el Banco Popular de China (PBOC) ha anunciado nuevas medidas para estimular la economía, incluyendo la reducción de tasas de interés y el coeficiente de reservas obligatorias de los bancos comerciales. Además, el regulador financiero chino ha instado a las instituciones a flexibilizar las condiciones de crédito al consumo para estimular el gasto interno. A pesar de estos esfuerzos, el índice HSTECH de Hong Kong enfrenta su peor semana desde la caída de DeepSeek, reflejando las crecientes dificultades en el sector tecnológico chino.

Los mercados financieros muestran una gran volatilidad. Aunque los alcistas encuentran motivos para el optimismo, históricamente la fecha del 12 de marzo ha sido un punto de inflexión en los mercados de valores, con tendencias de recuperación. Goldman Sachs estima que el índice de precios PCE subyacente aumentó un 0,29% en febrero, en línea con las expectativas previas, mientras que el IPP anual cayó al 3,2%, por debajo de la previsión del 3,3%.

El entorno económico actual presenta una combinación de riesgos y oportunidades para los mercados. La estabilidad de la política monetaria en EE.UU. hasta septiembre sugiere que la inflación sigue siendo una preocupación, lo que reduce la probabilidad de recortes agresivos de tasas en el corto plazo. La volatilidad en los mercados bursátiles indica que los inversores están reaccionando con cautela ante la incertidumbre geopolítica y comercial, lo que podría continuar impactando el desempeño de las acciones tecnológicas y energéticas.

El conflicto comercial con la UE, Canadá y México amenaza con generar nuevas presiones inflacionarias y afectar el crecimiento global. Las tensiones con Rusia y la guerra en Ucrania siguen siendo factores determinantes para la estabilidad de los mercados energéticos y las relaciones internacionales. La incertidumbre en China, a pesar de los estímulos monetarios, sigue reflejándose en la caída del índice HSTECH y la falta de confianza en el sector tecnológico.

A medida que los mercados se acercan a la segunda mitad del año, los inversionistas deberán monitorear de cerca la evolución de las negociaciones comerciales, las políticas de la Fed y la resiliencia del crecimiento económico global. Las señales de una posible desaceleración en la actividad económica, combinadas con los cambios en las políticas fiscales y comerciales, podrían resultar en una mayor volatilidad en los mercados de renta variable y deuda. La necesidad de diversificación y cobertura ante posibles disrupciones en la economía mundial será clave en la estrategia de inversión en los próximos meses.