Por Carolina Vásquez, Gerente General y cofundadora de STG.
Avanzamos a tiempos inciertos, complejos y desafiantes. La pandemia, lejos de terminar, sigue poniéndonos a prueba en cada ámbito de nuestras vidas, dejándonos en claro que las decisiones que tomemos deben ser responsables e informadas.
Pero, al mismo tiempo, ha abierto posibilidades, potenciando y habilitando oportunidades únicas. Y en ello, la tecnología ha jugado un rol esencial. Hoy, felizmente, podemos decir que el rol de las mujeres en la logística es transversalmente importante.
Debemos comprender que la diversidad e inclusión mejoran la capacidad de una empresa para innovar, competir y tener éxito. Las industrias, mercados y la misma sociedad no paran de evolucionar, mutando a diario con la economía digital y creando desafíos que requieren una resiliencia innata.
Quizás hace 20 años no había tantas mujeres. Hoy sí. En STG, por ejemplo, el 50% de los proyectos están siendo liderados por mujeres empoderadas, con ideas claras y que aportan un valor agregado único.
Y esto no es al azar. Según un estudio de Gartner Inc. y AWESOME, el número de mujeres en la fuerza laboral de la cadena de suministro experimentó, entre 2020 y 2021, un aumento del 39% al 41%. Las mujeres están asumiendo puestos gerenciales, liderando proyectos estratégicos para sus organizaciones. Implementando procesos de innovación que cambian las formas de hacer las cosas.
Una industria exigente
El ritmo de trabajo en los centros de distribución, como en muchas otras industrias, es acelerado. Las horas y cargas de trabajo son demandantes. Un cargo gerencial es 24/7. Y por esa misma razón es que las tecnologías han tenido tanto impacto: automatizan procesos y simplifican tareas que antes tomaban más tiempo.
Hoy las brechas de género se están reduciendo. Y tengo fe en que seguirán disminuyendo a medida que pasan los meses ya que solo las empresas que fomentan aquello, crecerán y permanecerán vigentes.
Asimismo, es importante un cambio cultural que abogue por la igualdad y unas políticas públicas que generen mejores oportunidades, dejando atrás la discriminación.
Un futuro más digital e inclusivo
Hoy, más que nunca, necesitamos trabajar mancomunados. Desde la consolidación de equipos sólidos, debemos dejar atrás las diferencias. Y, gracias a la digitalización, este proceso es más ágil.
Sabemos que la industria ha sido golpeada, dejando en ascuas a todas las cadenas de abastecimiento del mundo. Sin embargo, gracias a la adopción e implementación de tecnologías se pudo sortear las dificultades en menor tiempo y potenciando la labor nuestra.
Visualizo un futuro más exigente y demandante, con clientes más empoderados. Los centros de distribución seguirán apostando por la automatización.
Es importante comprender que la tecnología en sí misma no tiene sentido. En ello, el factor humano es fundamental. Y más concretamente, el rol que están desarrollando las mujeres, liderando estrategias y tomando decisiones de cambio para entregar experiencias satisfactorias y únicas a los clientes.