La crisis económica generada por el COVID-19 desafió a las empresas a buscar nuevos caminos para asegurar sus operaciones, encontrando en la facturación electrónica nuevos beneficios que les ayudaron a alcanzar fortaleza comercial y financiera, aseguró Kenneth Bengtsson, presidente ejecutivo de Efact.
“En el mundo actual donde la transformación digital es clave para las empresas, la facturación electrónica (FE) no es solo una herramienta que permite ahorro de costos e inventarios, también se convirtió en una poderosa forma de gestionar información financiera y comercial que contribuyó con las compañías a garantizar sus operaciones”, afirmó el ejecutivo.
Bengtsson afirmó que, al desempeñarse sobre una plataforma digital, los beneficios de la FE no se refieren solo a las funciones operativas de emisión de comprobantes, sino sobre todo a la información que proporciona de la empresa y del mercado, y que los ejecutivos deben aprovecharla para identificar oportunidades de negocios.
Garantiza la continuidad de las operaciones: Si hace 8 años SUNAT no iniciaba la masificación de la FE, las compañías habrían estado perdidas, pues se convirtió en una herramienta indispensable para que las empresas continúen facturando y con sus actividades. Muchos negocios se formalizaron porque para realizar ventas por canales digitales, necesitaron brindar a sus clientes confianza en su servicio, y la única forma era entregando comprobantes electrónicos validados.
“Durante el periodo de aislamiento social, el transporte de mercancías también fue un factor que motivó la formalización, porque las autoridades y la policía, que realizaban controles permanentes, exigieron a los comerciantes las facturas de los productos que se trasladaban”, explicó el ejecutivo, quien agregó que sin la FE las pérdidas en la economía serían mayores considerando que solo en la plataforma digital de Efact se emiten diariamente facturas electrónicas por un valor de 60 millones de dólares.
Proporciona inteligencia comercial: Las herramientas digitales como la FE brindan data que bien usada ofrece oportunidades de negocio o, como sucedió durante la pandemia, soluciones para mitigar una crisis. “Al poseer información detallada sobre la demanda y productos de una compañía, muchos ejecutivos identificaron en el análisis de la FE, los productos, clientes y mercados a potenciar para realizar mejoras y correcciones en sus procesos productivos y comerciales, con el objetivo de alcanzar eficiencias en el manejo del presupuesto y dirigir la oferta hacia un grupo de clientes con mayores posibilidades de compra”, explicó Bengtsson.
Mejora el perfil financiero: Uno de los grandes desafíos que las empresas enfrentaron durante el 2020 fue el acceso a crédito, donde principalmente las Mipymes intentaron demostrar ante los bancos su capacidad de pago. “Al tratarse de un registro fidedigno de su actividad comercial, las organizaciones encontraron en la FE una forma de demostrar ante las entidades crediticias quiénes son sus clientes y si son leales, a cuánto ascienden sus ventas, sus principales productos, tendencias del mercado y todo tipo de data que contribuyó a demostrar que una compañía es un buen pagador”, mencionó el ejecutivo de Efact, quien agregó que hoy la facturación electrónica es una herramienta que permite mejorar el perfil de riesgo financiero de las empresas.
Ofrece acceso inmediato al crédito: La FE acelera el proceso de acceso a financiamiento gracias al factoring, donde negocian sus comprobantes con entidades financieras y fondos de inversión. Bengtsson aseguró que, luego de un proceso de solo siete días como máximo, que se solicita a CAVALI, una compañía puede convertir una factura comercial en negociable, obteniendo un título de valor sensible de crédito. “En la plataforma de Efact, tan pronto un comprobante es emitido, nuestros clientes ya están recibiendo propuestas para negociar sus recibos”, dijo el especialista, quien recordó que durante la crisis por Covid-19 el Gobierno central impulsó mecanismos para facilitar el factoring.