El aumento de delitos cibernéticos en el Perú exige que se apliquen distintas acciones para defenderse frente a este escenario malicioso.
Cada año se incrementan los casos de delitos informáticos en el Perú. En 2024, según datos del Sistema Informático de Denuncias Policiales (Sidpol), se reportaron 42 mil denuncias, lo que representó un aumento de casi 40% frente al año 2023. Y en el presente año el problema no mejora: Solo entre enero y febrero, se reportaron más de 6 mil delitos cibernéticos, entre los que resaltan la suplantación de identidad y los fraudes bancarios.
Ante esta situación, es importante que los ciudadanos desarrollen hábitos más seguros al interactuar con entornos digitales. Si bien la digitalización de servicios financieros ha facilitado la vida de muchos peruanos, también ha abierto nuevas puertas para los delincuentes. El acceso a cuentas bancarias, las compras en línea y el uso frecuente de aplicaciones de pago incrementan el riesgo de exposición a ataques si no se adoptan medidas de seguridad adecuadas.
“Hoy hacer tan solo un clic puede comprometer toda tu identidad digital y tener severas consecuencias. Incluso, según el Global Cybercrime Report 2025 menciona que el coste del cibercrimen en el mundo alcanzará los 11.9 billones de dólares para el año 2026. Este panorama exige una transformación profunda en la manera en que entendemos la ciberseguridad. Ya no es solo un tema tecnológico; es una responsabilidad personal y social que requiere educación y conciencia en todos los niveles”, comenta Eric Biagioli, director de Ciencia de la Computación y de Ciencia de Datos de UTEC.
¿Cómo protegerse de fraudes financieros digitales?
Entre los delitos más comunes se encuentran el phishing, un método en el cual el atacante suplanta la identidad de una entidad confiable para obtener información confidencial, y el malware, que infecta los dispositivos y extrae datos sensibles. En muchos casos, estas amenazas llegan a través de correos electrónicos falsos o enlaces fraudulentos compartidos por redes sociales o servicios de mensajería.
En ese sentido, el especialista da cuatro consejos para que las personas puedan protegerse mejor en el ámbito digital.
- Activar la autenticación en dos pasos. Para proteger la información financiera se recomienda activar la autenticación en dos pasos en los dispositivos móviles para optimizar la seguridad. Así, se evita realizar operaciones bancarias desde redes de internet públicas y mantener actualizados todos los programas y sistemas operativos.
- Estar pendientes de nuestros movimientos bancarios. Es importante revisar regularmente los movimientos bancarios y reportar cualquier transacción no autorizada de forma inmediata.
- Educarse en términos digitales. A pesar del crecimiento en el uso de dispositivos móviles, se puede dificultar el reconocer un intento de estafa digital. Por ello, la educación financiera y tecnológica debe ser una prioridad tanto en el sistema educativo como en campañas ciudadanas permanentes.
- Mejorar la atención de casos de fraude digital. Las instituciones financieras, por su parte, han fortalecido sus plataformas con sistemas de detección de fraudes y han lanzado campañas educativas. No obstante, a ello deben sumarle un margen de mejora en la atención a las víctimas y en la facilidad para reportar incidentes en línea.
El impacto económico de estos delitos no se limita a la pérdida directa de dinero. También genera desconfianza hacia los servicios financieros digitales, lo que puede dificultar la inclusión bancaria, especialmente en sectores con menor acceso a la tecnología. Esta desconfianza frena el uso de herramientas que, bien utilizadas, podrían mejorar la vida económica de muchas familias.