Según el BID, el 75% de las empresas en la muestra realizó capacitaciones a sus empleados en habilidades digitales. Una de las principales razones para que una empresa no haya ofrecido capacitación para ninguno de sus trabajadores fue no contar con presupuesto (43%).
“Para que las tecnologías sean un aliado para el crecimiento y progreso de los países es fundamental trabajar articuladamente entre sectores”, afirma Natalia Jasin, fundadora de BountyEdTech, una empresa que se dedica a la implementación de proyectos de Educación y Tecnología en América Latina.
El Foro Económico Mundial ha publicado un informe en el que identifica cuáles serán los perfiles profesionales más demandados en todo el mundo: expertos en inteligencia artificial y aprendizaje automático, analistas en seguridad de la información, ingenieros Fintech o en Robótica, científicos de datos, especialistas en transformación digital. ¿Cuáles son las condiciones que tiene Perú para ser parte de esta nueva era productiva potenciada por la tecnología? ¿Qué hay que estudiar para trabajar en estos roles tan demandados? ¿Qué habilidades necesitan desarrollar las personas desde edades tempranas para potenciar su perfil profesional en un futuro que cambia constantemente?
“Las tecnologías digitales no sólo han traído importantes transformaciones en el ámbito productivo, sino que nos han atravesado en nuestra cotidianidad. Para construir un futuro de más y mejores oportunidades para los jóvenes, tenemos que empezar hoy. Si bien la escuela es el lugar privilegiado para el aprendizaje, para desarrollar y potenciar nuestras habilidades es clave entender que las personas aprenden a lo largo de toda su vida”, afirma Natalia Jasin, Fundadora y Directora General de Bounty EdTech, una empresa que desarrolla proyectos de educación y tecnología vinculando al sector público con el sector privado.
Desde la década de 1990, los sistemas educativos de toda América Latina han estado en proceso de revisión para incorporar contenidos que permitan a los estudiantes fortalecer habilidades como el pensamiento crítico y el computacional. Sumado a esto, en los últimos años se ha fortalecido desde la política pública el abordaje de las habilidades para la toma de decisiones, la gestión de las emociones y la resiliencia. “No podemos esperar que la escuela haga todo sola, tenemos que construir redes virtuosas entre sectores para que los niños, niñas y adolescentes de hoy puedan tener más y mejores oportunidades en el futuro”, agrega Jasin.
Según datos de la Encuesta Talento Digital en el Perú que realizó el BID el año pasado, cuyo objetivo era conocer el estado de la demanda de habilidades digitales en el país, se evidencia que la pandemia ha provocado un aumento considerable de la demanda de perfiles ocupacionales relacionados a las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC). Pero no todos los países están en las mismas condiciones. La CEPAL estimó que alrededor del 30% de la población de Perú cuenta con habilidades digitales básicas, 20% con habilidades intermedias y solo 10% con habilidades digitales avanzadas.
¿Qué hacen las empresas para superar este desafío?
Los resultados de la Encuesta del BID indican que el 75% de las empresas en la muestra realizó capacitaciones a sus empleados en habilidades digitales. Pero este esfuerzo no estuvo libre de dificultades. La encuesta también reveló que las principales razones para que una empresa no haya ofrecido capacitación para ninguno de sus trabajadores fue no contar con presupuesto (43%); la inexistencia de capacitaciones disponibles en las áreas de conocimientos requeridas por las empresas (17%); y que los cursos de capacitación son demasiados costosos (15%).
“Si tomamos el ejemplo del auge de la inteligencia artificial generativa, es claro que más allá del esfuerzo que hagan las empresas, o el sistema educativo, estar siempre a la vanguardia no es sencillo para los procesos de enseñanza y aprendizaje escolar. Sumado a esto, muchas veces el vertiginoso avance de los cambios hace que muchos vean que sus empleos están siendo puestos en jaque por la tecnología”, afirma Jasin.
Si bien cada novedad trae un desafío, también abre una oportunidad de potenciar las habilidades y el talento de las personas. “Para que las tecnologías sean un aliado para el crecimiento y progreso de los países es fundamental trabajar articuladamente entre sectores. De este modo, los esfuerzos se potencian, se fortalecen las políticas públicas, se genera un círculo virtuoso que acompaña a los objetivos para la transformación del modelo productivo de un país”, agrega.
En esta línea, la especialista señala que hay que unir esfuerzos para facilitar el acceso a formación complementaria para que estudiantes de todos los niveles educativos, jóvenes y trabajadores de todas las edades tengan la oportunidad de aprender cosas nuevas.
Hoy hay dos desafíos que deben abordarse en simultáneo:
- El primero es la alfabetización digital. Según el BID, estar alfabetizado digitalmente implica contar con las competencias necesarias para que cada persona pueda elegir libremente cómo vivir en una sociedad digital y pueda beneficiarse de las oportunidades de desarrollo que el mundo digital ofrece.
- El segundo es el desarrollo de habilidades para el trabajo. Los procesos de reskilling y upskilling permiten abordar dos problemáticas: Por un lado, la adaptación a un nuevo rol que se ve transformado por alteraciones en el proceso de trabajo y, por otro, de desarrollo de nuevas habilidades y competencias que mejoren el rendimiento de los trabajadores.
“Estos procesos no son sólo para encontrar mejores empleos, sino también para que la tecnología sea un aliado para expandir el talento de las personas. Esta enorme oportunidad no debe quedarse sólo en poner a disposición una herramienta, un recurso o una oportunidad. Tenemos que medir el impacto de lo que hacemos. Todo el esfuerzo que realizan las empresas, los Estados, los organismos internacionales y también las personas tiene que contar con un monitoreo y evaluación para saber si estamos transitando el camino correcto”, remarca.
Promover el diálogo con cada uno de los actores y beneficiarios permite construir las bases para que la transformación digital no sea una amenaza, sino la oportunidad de cerrar las brechas de habilidades y de oportunidad en Perú.