Director del IIMP y gerente general de CIEMAM analizó 10 retos para el cierre de pasivos ambientales mineros (PAM) en el país.
Homar Lozano, gerente general de CIEMAM y también director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), afirmó que remediar pasivos ambientales mineros e incluso transformarlos en activos que los pongan en valor, es insostenible actualmente en el Perú.
“Transformar pasivos mineros en activos hoy no es sostenible en el Perú. No lo queremos decir con ánimo de pesimismo, sino con una dosis de realidad para que tomemos las medidas correctas que nos permitan a nosotros aprovechar estas oportunidades, como estamos viendo que lo hacen en otras partes del mundo”, señaló en el Encuentro Minero del IIMP.
Cabe mencionar que los pasivos ambientales son una herencia histórica de operaciones mineras del pasado, cuando aún no existía normativa ambiental.
Al respecto, Lozano sintetizó 10 retos por los que se dificulta el avance y optimización del cierre de pasivos ambientales.
1) La destrucción de trabajos de remediación por el crecimiento de la minería ilegal.
“Lo peor es que la atribución de responsabilidad según las autoridades de fiscalización ambiental, en este caso OEFA, se indica que es responsabilidad de la empresa (que ejecuta la remediación) tener que velar por estos espacios, donde eximen responsabilidad a ellos como fiscalización, mencionando que esto es competencia de la Dirección Regional de Minería (…) En verdad, esto desalienta a que podamos encontrar una solución”, manifestó.
2) El impedimento social de acceso para realizar trabajos de remediación de pasivos ambientales mineros. Lozano explicó que, muchas veces, las comunidades piensan que todos son compañías mineras, cuando no es así, por ejemplo, CIEMAM es una consultora especializada en soluciones ambientales. Existen también expectativas económicas y de empleo que condicionan su trabajo en la zona.
3) La falta de una correcta caracterización del estado situacional de los pasivos ambientales mineros por parte del Estado para poder evaluar mejor la manera de brindar soluciones sostenibles. “Es un problema porque a veces tú como remediador voluntario puedes tener una expectativa de la zona y, al final no es así, eso encarece mucho los proyectos y no hay incentivos correctos para arrancar su remediación”, apuntó.
4) La utopía sobre el Certificado de Cierre Final de Pasivos Ambientales Mineros. Según dijo, el proceso parte de tener un pasivo, desarrollar el plan de cierre, luego viene la etapa de post cierre durante cinco años, y después de ello, viene la obtención del certificado de cierre final. Dicho documento acredita la remediación y te exime de responsabilidad sobre fiscalización ambiental, para que puedas darle un valor agregado al territorio.
“Sin embargo, en 20 años de la Ley de Cierre de Pasivos Ambientales Mineros, solo se han otorgado 2 certificados de cierre final y han sido de componentes pequeños, uno de Buenaventura y uno de Pan American Silver (…) Activos Mineros, que es la empresa que ha tenido mayor capital para hacer remediación durante los últimos 20 años, no ha logrado hasta la fecha un solo certificado de cierre final”, recalcó Lozano.
5) El concepto perverso, desde su análisis y perspectiva, de la “perpetuidad”. Esto se explica en que si no logras el certificado de cierre final, la etapa de post cierre y fiscalización se extiende a perpetuidad a cargo de la empresa ejecutora.
Otras carencias
6) La fiscalización sin propósito. Lozano explicó que el enfoque actual de OEFA sobre la remediación de pasivos ambientales es netamente legal y no permite el aliento del sector privado a continuar remediando de manera voluntaria. Además que no se permite actualizar los planes de cierre de pasivos ambientales con mejoras o innovaciones tecnológicas, a pesar de tener más de 2 décadas.
7) La falta de actualización de planes de cierre de pasivos ambientales que no permite aprovechar la innovación e investigación.
8) La falta de reconocimiento e incentivos para remediadores voluntarios, usos alternativos, reutilización y reaprovechamiento.
9) La necesidad de nuevos modelos de financiamiento e incentivos para involucrar al sector privado.
10) La actualización la ley y reglamento de pasivos ambientales mineros.
“Esta ley nació en 2004, la última modificatoria que se hizo a un par de artículos fue en 2009. Tenemos 20 años sin cambios de fondo, que no cuestionamos esto y es un problema latente que daña la reputación de la industria, que no alienta al sector privado a encontrar una forma distinta de resolver estos pasivos y no alienta las nuevas innovaciones y tendencias que vemos en el mundo”, enfatizó Lozano.