Incertidumbre fiscal en EEUU, aranceles estratégicos y movimientos clave en energía y tecnología

Por Felipe Mendoza, Analista de mercados financieros ATFX LATAM

Los mercados financieros globales se encuentran inmersos en una etapa de intensas fluctuaciones y expectativas cruzadas, marcadas por nuevas señales desde la Reserva Federal, redefiniciones en la política comercial de Estados Unidos, tensiones geopolíticas persistentes y un entorno macroeconómico mixto tanto en las economías avanzadas como emergentes. Con datos que reflejan una notable divergencia entre los sectores manufactureros y de servicios, y posturas monetarias cada vez más matizadas por parte de los bancos centrales, el panorama para los inversionistas combina oportunidades tácticas con riesgos estructurales relevantes.

En Estados Unidos, las proyecciones fiscales vuelven a encender alertas: un análisis reciente advierte que el país podría quedarse sin efectivo en julio, lo que revive el fantasma de un posible enfrentamiento legislativo sobre el techo de deuda. A nivel monetario, John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, declaró que la actual trayectoria de los tipos de interés parece razonable, pero advirtió sobre riesgos elevados tanto a la baja como al alza en las proyecciones económicas, subrayando la dificultad para predecir el impacto exacto de los nuevos aranceles en la inflación. Agregó que aún se dispone de abundante liquidez, con reservas que superan los 3 billones de dólares, y que una ralentización o detención del drenaje de liquidez sería adecuada próximamente. Christopher Waller, también miembro de la Fed, afirmó que el banco central debe desarrollar un plan para mitigar tensiones de mercado imprevistas y que el ritmo actual de reducción de balance, aunque más lento, sigue siendo apropiado desde junio de 2024. Por su parte, el gobernador St. Louis Fed James Bullard no se ha pronunciado esta semana, pero se anticipan comentarios clave de otros miembros del FOMC en los próximos días, en un entorno marcado por expectativas cambiantes respecto a los recortes de tasas.

La política comercial estadounidense ha entrado en una nueva fase. Según el Wall Street Journal, la administración Trump da marcha atrás en la imposición generalizada de aranceles prevista para el 2 de abril, optando en su lugar por medidas recíprocas contra países con desequilibrios persistentes, denominados los «15 sucios» por el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Este enfoque más quirúrgico apunta a sectores como autos, semiconductores y farmacéuticos, aunque aún se están ajustando los detalles. Bessent, además, lidera una iniciativa que busca reorganizar la supervisión bancaria en EE.UU., proponiendo una mayor coordinación entre la Reserva Federal, la Oficina del Contralor de la Moneda y la FDIC. Aunque el Tesoro concluye que no se pueden fusionar agencias sin aprobación del Congreso, se prepara un paquete de recomendaciones que promete una fase políticamente tensa.

Desde una perspectiva técnica, Tom Lee de Fundstrat mantiene una visión constructiva sobre el mercado. Aunque reconoce similitudes con 2018 en términos de tensiones arancelarias y caídas iniciales del año, subraya diferencias clave: la Fed tiene margen para recortar tasas, los indicadores técnicos son más sólidos, y la curva VIX invertida sugiere una dinámica de daños acotados. Lee anticipa una recuperación bursátil una vez se aclaren los términos comerciales. En esta línea, Goldman Sachs ha modelado a los CTA como compradores netos de acciones estadounidenses en todos los escenarios de corto y mediano plazo, mientras que el indicador de capitulación de MarketDesk se acerca a niveles históricamente atractivos para compras.

En el frente corporativo, se reporta que Hyundai de Corea del Sur anunciará una inversión de 20 mil millones de dólares en EE.UU. desde la Casa Blanca, alineándose con la estrategia de Trump de fomentar la producción nacional para evitar aranceles. El expresidente reiteró que “los aranceles son justos” y destacó que la “UE está bajando aranceles a los autos, lo cual es bueno”. También prometió nuevas plantas del modelo F-47, junto con una victoria significativa para Boeing, a quien se le ha adjudicado un contrato multimillonario para aviones de combate de nueva generación. El propio Trump confirmó que la Fuerza Aérea avanzará con el desarrollo de una aeronave de sexta generación. Además, se decidió que la SBA se encargará de la cartera de préstamos estudiantiles, ampliando el rol federal en la gestión del crédito educativo.

El recuento de plataformas petrolíferas de Baker Hughes mostró una ligera reducción a 486 desde 487 la semana pasada, mientras que el número de yacimientos activos subió marginalmente a 593. En el plano internacional, Rusia suministrará por primera vez 200 mil toneladas de crudo Arctic Arco a Siria, marcando un nuevo hito geoestratégico en el comercio energético. Asimismo, EE.UU. trasladará dos portaaviones al Oriente Medio el próximo mes, según AP, mientras que continúan los ataques esporádicos desde Gaza, reportados por el ejército israelí, lo que mantiene elevada la tensión en la región.

En Europa, los PMI ofrecieron señales mixtas. En Alemania, el índice manufacturero HCOB mejoró hasta 48,3 (desde 46,5), pero el de servicios cayó a 50,2 (vs 52,0 esperado). El PMI compuesto quedó en 50,9. En Francia, los datos reflejan una leve mejora, pero continúan por debajo de los 50 puntos: el PMI manufacturero subió a 48,9, mientras que el de servicios bajó a 46,6 y el compuesto se ubicó en 47,0. Para la eurozona en su conjunto, el PMI manufacturero alcanzó 48,7, el de servicios bajó a 50,4 y el compuesto se mantuvo en ese mismo nivel. El BCE mantiene una posición cautelosa. Gabriel Makhlouf advirtió que deben actuar con “prudencia”, mientras que Stournaras reconoció que los rendimientos alemanes son motivo suficiente para comenzar a recortar tasas, aunque advirtió que la política seguirá siendo restrictiva después del primer ajuste. También cuestionó que el tipo terminal se sitúe en 1,5%, apuntando más bien al 2%.

En Reino Unido, los PMI sorprendieron al alza en los servicios (53,2 frente a 51 esperado) aunque el manufacturero sigue en contracción con 44,6. El compuesto se elevó a 52,0. A pesar de ello, economistas de HSBC ajustaron sus previsiones de recortes del Banco de Inglaterra, citando presiones inflacionarias persistentes a corto plazo. Por su parte, Francia estaría considerando aplicar la herramienta comercial más poderosa de la UE contra EE.UU., según reportes recientes, en medio de crecientes fricciones tras los nuevos aranceles estadounidenses.

En Asia, el PMI manufacturero de Japón bajó a 48,3 y el de servicios cayó bruscamente a 49,5 desde 53,7, arrastrando el compuesto a 48,5, en un claro indicio de contracción económica. Las preocupaciones sobre estabilidad se reflejaron en declaraciones del primer ministro japonés y del viceministro de Relaciones Exteriores chino, quienes sostuvieron reuniones de alto nivel en Tokio. El primer ministro chino alertó sobre una creciente inestabilidad global, mientras que funcionarios chinos evalúan limitar sus propias exportaciones, inspirándose en la estrategia japonesa de los años 80, con el objetivo de apaciguar a Trump y evitar sanciones más amplias. En paralelo, Ant Group, respaldada por Jack Ma, presentó avances en inteligencia artificial basada en chips locales, en medio de esfuerzos por reducir la dependencia tecnológica de occidente. El índice Hang Seng respondió positivamente, subiendo más del 1%, mientras que el índice tecnológico avanzó casi un 2%.

Finalmente, desde la ONU y la geopolítica, continúan las declaraciones cruzadas respecto a Gaza, con representantes de EE.UU. responsabilizando directamente a Hamas del conflicto. En paralelo, el presidente Zelenskiy reafirmó la disposición de Ucrania para avanzar en conversaciones sustantivas en Jeddah, mientras se esperan definiciones más concretas durante la cumbre de París de esta semana, donde el canciller alemán se reunirá con líderes europeos. El Kremlin, por su parte, mencionó una «voluntad común» con EE.UU. para avanzar hacia una solución pacífica en Ucrania.

Este cúmulo de tensiones comerciales, decisiones monetarias en evolución, reacomodos industriales y dinámicas geopolíticas, conforma un entorno de alta complejidad para los mercados financieros. La narrativa global se desplaza hacia una mayor intervención estatal, reordenamientos estratégicos en las cadenas de valor y una política monetaria que, aunque aún restrictiva, empieza a abrir espacio para ajustes selectivos.