India y China corren en la carrera de tecnologías cero carbono

Hidrógeno y amoníaco verdes, combustibles e insumos que se obtienen en plantas como esta de la empresa española Iberdrola, son muestra del empeño de varias economías que compiten por desarrollar y aplicar las tecnologías de cero emisiones de carbono. Un informe desde Europa señala las ventajas de auspiciarlas en los países en desarrollo. Imagen: Iberdrola.

BRUSELAS (Por Corresponsal de IPS)  China, India y Japón están compitiendo con Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por liderar una nueva era industrial desencadenada por las tecnologías de cero carbono, indicó un informe del grupo de expertos paneuropeo Perspectivas Estratégicas desde esta capital.

El informe “Compitiendo en la nueva era industrial sin carbono” muestra la superioridad de China en varios campos, y en paralelo el firme avance de la UE y Estados Unidos, “lo que desencadena una verdadera competencia cabeza a cabeza”.

India, aunque requiere inversiones adicionales, “puede anotarse grandes éxitos en la carrera del desarrollo neto cero”, mientras que Japón “parece estar desaprovechando las oportunidades económicas y de seguridad claves de la nueva era industrial”.

“En un mundo en el que lideras o corres el riesgo de quedarte atrás, la fabricación de tecnologías de cero carbono se convierte en una condición previa para el crecimiento industrial, la innovación y la competitividad”, dijo Linda Kalcher, directora Ejecutiva de Perspectivas Estratégicas.

Otro director de la entidad, Neil Makaroff, añadió que “los países que perderán el tren en la transición neta a cero probablemente se quedarán atrás en el desarrollo industrial, permaneciendo muy dependientes del costoso gas, el petróleo y el carbón”.

Las tecnologías cero carbono generan ninguna o muy pocas emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del efecto invernadero que propicia el cambio climático, y sus productos contaminan menos que los elaborados con energéticos tradicionales.

Entre esas tecnologías están las destinadas a la captura y almacenamiento de CO2, las energías renovables, los vehículos eléctricos, el hidrógeno verde –combustible adquirido a partir de fuentes renovables-, las bombas de calor –que invierten el proceso de la refrigeración- y los biocombustibles.

En 2022 China fue el mayor contribuyente a la inversión en tecnologías de carbono cero, seguido a distancia por la UE y Estados Unidos, aunque el país americano lideró el gasto absoluto y per cápita en energías renovables y en su investigación, desarrollo y demostración, seguido de cerca por Japón.

Pero China generó la mayor cantidad de puestos de trabajo en tecnologías cero carbono en 2021, seguida de la UE y Estados Unidos, según la investigación.

China ocupa el primer lugar en el despliegue absoluto de vehículos eléctricos –más de la mitad de todos los autos eléctricos del mundo ruedan por carreteras chinas-, pero los países europeos y Estados Unidos tienen un mayor porcentaje de uso de vehículos eléctricos en relación con la población.

La UE lideró en generación eólica, de nuevo seguida a distancia por Estados Unidos y China, y tiene la mayor proporción de generación de electricidad a través de la energía eólica y solar combinada de las cinco economías estudiadas en 2022.

China lideró la fabricación de paneles solares en 2021, tanto la producción de polisilicio fotovoltaico como la producción de obleas fotovoltaicas, y la UE la inversión y el despliegue de bombas de calor en 2022.

A pesar de sus distintos enfoques, las cinco economías coinciden en dotarse de marcos políticos para la transición, como el Acuerdo Verde europeo, el 14° Plan quinquenal de China, la Ley de Conservación de Energía de India, la Estrategia de Crecimiento Verde de Japón y la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos.

Esos marcos y planes nacionales se colocan en la base del nuevo panorama económico y apuntan a convertirse en motores del crecimiento industrial.

Reconocidos esos liderazgos, el informe afirma que les puede ser “extremadamente beneficioso” fomentar una nueva cooperación económica con los países en desarrollo, pues pueden reducirse costos y precios globales con la fabricación y despliegue de tecnologías de cero carbono en el Sur global.

La creación de nuevos actores poderosos en la cadena de valor también podría ofrecer una nueva capacidad de exportación que permita a los países desarrollados diversificar sus suministros, lo que interesa sobre todo a la UE y Estados Unidos, que buscan formas de desacoplar sus cadenas de suministro de China.

En el caso de India, el país avanza en la incorporación de energía solar y eólica a su generación de electricidad (5 % en 2017 y 9 % en 2022), pero al tener menos capacidad financiera para investigación y desarrollo sigue siendo muy dependiente de la transferencia tecnológica y de las importaciones chinas.

Kalcher dijo que “el apoyo financiero específico o las nuevas asociaciones económicas son cruciales para garantizar que todos los países puedan unirse a la carrera tecnológica y permitirse una transición energética justa”.

Y Dave Joes, del instituto británico Ember, asentó que “los que están a la vanguardia de este cambio cosecharán los beneficios socioeconómicos, como nuevos puestos de trabajo, sistemas energéticos más seguros y eficientes, y una mejor salud de los ciudadanos y territorios en las próximas décadas”.