Emiliano Graziano, Gerente de Sostenibilidad de BASF para América del Sur
En los últimos años, las empresas comenzaron a percibir la sostenibilidad no sólo como una buena práctica. En tiempos de relaciones cada vez más estrechas con públicos de interés, mayor acceso a la información y escasez de recursos naturales, la sustentabilidad asumió el papel de protagonista, como valor esencial para la perennidad de los negocios.
De acuerdo con los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), divulgados en 2017, cerca de tres de cada diez personas en todo el mundo – un total de 2,1 mil millones – no tienen acceso a agua potable en casa, y seis de cada diez – o 4,5 mil millones – carecen de saneamiento seguro. Los impactos negativos de la degradación ambiental, como sequías y escasez de agua dulce, asumieron un papel relevante en la lista de desafíos de la humanidad.
En el caso de la industria, cuya utilización de recursos como agua y energía es fundamental para la operación, períodos de escasez hídrica tienen el potencial de impactar fuertemente la producción. Así, el uso eficiente de estos materiales y la mitigación de impactos pasaron a figurar en la estrategia de las compañías y también están en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por empresas signatarias del Pacto Global.
El objetivo seis del compromiso consiste en asegurar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y saneamiento para todos, que, debido a su impacto, es responsabilidad de la industria, además del poder público. Entre sus premisas está aumentando sustancialmente, hasta 2030, la eficiencia del uso del agua en todos los sectores y asegurar retiros sostenibles y el abastecimiento de agua dulce para enfrentar la escasez de agua, así como mejorar la calidad del agua, reduciendo la contaminación, eliminando volcado y minimizando la liberación de productos químicos y materiales peligrosos
En línea con estos aspectos, algunas iniciativas ya son realidad en la industria, como mejoras en la planificación de la producción, a fin de reducir la necesidad de limpieza de plantas industriales, y la realización de limpiezas en seco primario al uso de agua – proceso que, en algunos casos, puede corresponder a más de la mitad del consumo de agua en las fábricas.
El apoyo a iniciativas públicas también puede contribuir no sólo a la empresa, que utiliza fuentes hídricas del entorno, como para la comunidad. Es el caso del Programa Productor de Agua, por ejemplo, realizado en asociación con el Ayuntamiento de Guaratinguetá y la Fundación Espacio ECO®. El proyecto tiene como objetivo aumentar la disponibilidad de agua en la Cuenca Hidrográfica del Ribeirão de Guaratinguetá – responsable por el 90% del abastecimiento público de agua del municipio. La iniciativa prevé prácticas y manejos de conservación del suelo, recuperación de los bosques ciliares y protección de los remanentes de vegetación nativa y manantiales.
Además, más que proyectos específicos y emergentes para situaciones de escasez hídrica, incluir el tema en la estrategia de negocios es una premisa importante, ya que el consumo de agua está totalmente relacionado al desarrollo de la operación. Los indicadores de monitoreo y metas de reducción, aunque en entornos administrativos, pueden marcar la diferencia para un cambio estructural en el corto, mediano y largo plazo.
Aunque hay una inversión inicial para el desarrollo de estos proyectos, hay economía a largo plazo y mitigación de posibles riesgos derivados de períodos de escasez. Proyectos como estos hacen los ODSs concretos y la industria sólo tiene que ganar. Quien sabe así, conscientes de nuestra corresponsabilidad frente a estos desafíos, revertemos mínimamente el grave escenario hídrico previsto para los próximos años.
Cabe indicar que la nueva estrategia de BASF apunta a un crecimiento rentable y carbono neutro. Para ello se busca alcanzar un crecimiento superior al de la producción química global el cual será impulsado por mayor atractividad para clientes. BASF apalancará innovación, sustentabilidad, digitalización y excelencia operacional, así como su sistema interconectado (Verbund). Se busca un incremento de 3% a 5% por año en el EBITDA antes de ítems extraordinarios.
Debido a que la nueva estrategia apunta a incrementar ventas y volúmenes, BASF está concentrándose en un crecimiento orgánico de sus negocios. Para crecer más rápido, BASF se enfocará con más fuerza en sus clientes y el desarrollo de ofertas dirigidas a sus necesidades. Para ser más rápida y flexible, la compañía simplificará estructuras y procesos, afinará su portafolio y robustecerá el Verbund.