La tasa de inflación sin alimentos y energía, indicador internacional más usado como inflación subyacente, de nuestro país descendió a 2,9% al cierre del año pasado, ubicándose dentro del rango meta del Banco Central de Reserva del Perú, luego que diversos choques externos e internos la llevaran fuera del mismo por 25 meses consecutivos.
Este resultado se da luego de tocar un máximo de 5,92 por ciento en marzo del año pasado, mes desde el cual este indicador inició una marcada tendencia bajista reduciéndose a la mitad en solo nueve meses.
Tal reducción obedece a la reversión de los choques sobre algunos precios de bienes y servicios, el menor tipo de cambio, y los efectos de las medidas de política monetaria que ha venido adoptando el BCRP, entre otros factores.
Asimismo, la inflación subyacente en el Perú es una de las primeras en retornar al rango meta entre las principales economías de Latinoamérica y países desarrollados.
La inflación sin alimentos y energía del Perú fue la que menos subió entre las principales economías de la región, pese a los fuertes shocks globales, pues en algunos países tocó un máximo que superó el 10 por ciento.
La inflación subyacente excluye los precios de productos volátiles como los de alimentos y energía, y es uno de los indicadores más relevantes para el manejo de la política monetaria de los bancos centrales.