Por Alex Cabrera, CEO de Prevsis
Enfrentadas a los desafíos que impone la sostenibilidad, las empresas hoy se ven obligadas a orientar y adecuar sus estrategias con los indicadores de sostenibilidad reconocidos mundialmente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en la Agenda 2030 y en Visión 2050 del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible.
En concreto, los criterios ASG abarcan tres aspectos claves: Uno ambiental para tomar decisiones en función de cómo afectan las actividades de las empresas en el medio ambiente; otro social, para tener en cuenta la repercusión que tienen en la comunidad las actividades desempeñadas por la compañía, por ejemplo, en términos de diversidad, derechos humanos o cuidados sanitarios; y un factor de gobernanza, que estudia el impacto que tienen los propios accionistas y la administración.
En ese escenario, sin duda, la mejora en la identificación, implementación, reporte y seguimiento de los criterios ASG con herramientas de Inteligencia Artificial es clave para conseguir una gestión y actuar empresarial sostenible.
En efecto, el levantamiento de datos, su clasificación y verificación, así como la transformación de la información en indicadores relevantes y la gestión automatizada se pueden potenciar con el apoyo de la IA.
En concreto, la IA permite una recolección universal y unificada de los datos desde las diferentes áreas de la organización; menos gasto de energía si se tiene un sistema inteligente; una toma de decisiones más rápida, informada y eficiente.
Asimismo, la IA ayuda a entender qué necesidades tienen las personas, por ejemplo, en sus requerimientos sociales, como financiamiento, salud, prevención, entre otros.
La IA también puede apoyar en la selección del talento y su retención; en la ciberseguridad y en auditorías inteligentes para apoyar el gobierno corporativo.
Sin duda, la IA es una tecnología transformadora que presenta diversas oportunidades significativas de mejora continua y automatización de procesos, siendo esencial para que las empresas se mantengan competitivas, al día y puedan enfrentar de mejor manera el futuro. No obstante, se torna indispensable que las organizaciones visualicen qué áreas están preparadas para su integración y logren enmarcar su implementación en un gobierno corporativo robusto.