Caída en la capacidad de crecimiento económico anticipa que, en 2026, el Perú mantendría tasas de pobreza superiores a la prepandemia, según proyecciones del Banco Mundial.
El próximo 17 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. En ese contexto, el Banco Mundial y el Instituto Peruano de Economía (IPE) presentaron el estudio “Revirtiendo la pobreza en el Perú: desafíos y oportunidades postpandemia”.
En el estudio se recuerda que 3.3 millones de peruanos cayeron en situación de pobreza durante los últimos cinco años y que este deterioro se concentró principalmente en las zonas urbanas, donde la pobreza paso de 14.6% a 26.4% entre 2019 y 2023, un retroceso de 15 años.
La pobreza urbana aumentó en todas las regiones, incrementándose en ese periodo en al menos 10 puntos porcentuales en 14 regiones, y duplicándose en ocho: Áncash, Arequipa, Ica, Lima provincias, Moquegua, Tacna, Tumbes y Ucayali.
Este cambio ha convertido a la pobreza en un fenómeno más urbano, concentrando el 73.1% de la población pobre en las ciudades en comparación con el 56.7% en 2019. Esta concentración de personas en situación de pobreza en zonas urbanas se podía haber anticipado mejor pues ya era un fenómeno en progreso en 2019, y es ahora un fenómeno casi general a nivel nacional: el número de regiones con concentración de pobreza en zonas urbanas menor a 50% pasaron de 12 a 5. Es más, en 2023, 7 de cada 10 personas en situación de pobreza se encuentra en zonas urbanas en 12 de las 25 regiones, 5 regiones más que en 2019.
Al respecto, el IPE instó a las autoridades a tomar acción. No solo el hambre, la anemia y la desnutrición crónica han aumentado, sino que, además, la pobreza se ha profundizado, es decir los pobres son ahora más pobres. Así, la brecha de pobreza en Lima Metropolitana incluso se multiplicó 2.8 veces entre 2019 y 2023. Además, la caída en la capacidad de crecimiento económico del Perú anticipa que en 2026 el Perú mantendría tasas de pobreza superiores a la prepandemia, según proyecciones del Banco Mundial.
Solo tres regiones (Amazonas, Apurímac y San Martín) lograron reducir la pobreza de manera significativa en los últimos cinco años. El débil dinamismo de la actividad económica limitó la recuperación del empleo formal, afectado durante la pandemia. Este escenario, sumado a las presiones inflacionarias, contribuyó al incremento de los niveles de pobreza en gran parte del país.
El IPE insistió en que debe trabajarse en el cierre de brechas de acceso y calidad de servicios básicos, pues impide proteger adecuadamente a las personas en situación de vulnerabilidad y aprovechar el potencial productivo de las regiones, en sectores estratégicos como minería, agropecuario y turismo. Agregando además que las diferencias territoriales en competitividad no solo son evidentes entre regiones sino también al interior de estas.
El estudio presentado por el IPE enfatiza en que recuperar la senda de reducción de la pobreza es posible y es responsabilidad de las autoridades, considerando además que un contexto favorable acompañaría este proceso. Así, este panorama abarca una adjudicación importante de proyectos de inversión, mayores precios de minerales, creciente demanda por agroexportaciones y recuperación del turismo.
El estudio concluye con 6 recomendaciones:
- Continuar impulsado reformas estructurales que mejoren el entorno para ejecutar inversiones.
- Eliminar los obstáculos institucionales y regulatorios que retrasan la ejecución de proyectos.
Estas dos primeras recomendaciones, considerando que la inversión privada ha sido el principal motor de desarrollo del Perú al generar crecimiento, empleo, recaudación y bienestar. Es más, 85% de la reducción de la pobreza experimentada entre 2004 y 2019 se atribuye al crecimiento económico, según el Banco Mundial.
- Atención urgente del hambre, la anemia y la desnutrición crónica.
- Reconfiguración de los programas sociales para atender la urbanización de la pobreza.
- Políticas focalizadas que aborden las causas específicas de la pobreza en cada región.
- Ampliar el alcance de los servicios de empleabilidad y desarrollo empresarial.
En la presentación del estudio participaron Carlos Gallardo, gerente general del IPE; Eliana Rubiano-Matulevich, economista senior de la práctica global de pobreza y equidad para América Latina y el Caribe, del Banco Mundial; y Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y exministra de Desarrollo e inclusión social.