Japón y Perú, unidos por la ciencia y la tecnología, fortalecen su colaboración de casi siete décadas para reducir el impacto de los desastres naturales.
Japón y Perú comparten un desafío común: ambos países se encuentran en la Cuenca del Pacífico, una zona conocida por su alta actividad sísmica y el riesgo constante de desastres, como terremotos y tsunamis. En este contexto, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) ha sido un socio clave en el fortalecimiento de la gestión de riesgo de desastres en el país durante casi 70 años.
La colaboración en este ámbito comenzó en la década de 1960, cuando expertos y becarios peruanos viajaron a Japón para formarse en ingeniería sísmica, aprovechando el vasto conocimiento que este país ha acumulado durante más de 130 años. Esta cooperación se intensificó en 1970 tras el devastador terremoto de Ancash, que causó más de 67,000 muertes. A raíz de esta tragedia, el flujo de conocimiento y asistencia entre Japón y Perú aumentó significativamente.
«La cooperación entre ambos países en la gestión de riesgo de desastres ha sido un pilar fundamental para fortalecer la resiliencia ante desastres entre ambos países. A través del intercambio de conocimientos y tecnologías, hemos logrado avances significativos en la prevención sísmica y la protección de vidas. Nos enorgullece ser parte de esta alianza histórica que sigue salvando vidas y construyendo un futuro más seguro para todos”, comentó Takashi Nishimura, representante residente de JICA Perú.
Uno de los hitos más importantes en esta colaboración fue la creación del Centro Japón-Perú para la Mitigación de Desastres Sísmicos (CISMID) en 1986, en conjunto con la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Fundado por el profesor emérito Julio Kuroiwa, quien se formó en Japón, el CISMID ha sido desde entonces un bastión de la investigación en prevención de desastres sísmicos en Perú y América Latina.
A lo largo de los años, la cooperación técnica entre Japón y Perú ha dado lugar a avances notables en el campo de la sismología. La instalación de redes de observación sísmica, el desarrollo de escenarios para terremotos y la creación de tecnologías para la evaluación de riesgos y daños han permitido mejorar la respuesta ante desastres. Un ejemplo reciente de esta colaboración es el proyecto SATREPS (2010-2015), el cual desarrolló un sistema experto integrado para estimar el nivel de daño en edificios e infraestructura inmediatamente después de un terremoto en el área de Lima Metropolitana.
Asimismo, CISMID realiza actualmente una cooperación técnica a través de la Asociación de Investigación en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Sostenible (SATREPS por sus siglas en inglés) con JICA. Esta segunda edición, que se encuentra actualmente en desarrollo, tiene como objetivo capacitar al personal para utilizar el sistema de manera efectiva e informar a las comunidades sobre los riesgos que enfrentan y las medidas para reducirlos.
Además de los avances en tecnología y ciencia, JICA ha puesto un fuerte énfasis en la capacitación de líderes locales y en la participación comunitaria. El proyecto de fortalecimiento de la capacidad de reducción de riesgo de desastres, iniciado en 2023, ha sido crucial para empoderar a las comunidades en el Distrito de Mi Perú, Callao, mediante la formación de líderes en reducción de riesgo de desastres, la capacitación comunitaria a través de actividades y concientización para la ayuda mutua entre los vecinos de la zona.
“La cooperación entre Japón y Perú no solo ha permitido el desarrollo de más capacidades técnicas y normas, sino que ha fortalecido los lazos entre ambos países, demostrando que el trabajo conjunto y el intercambio de conocimientos son esenciales para enfrentar los desafíos globales. A medida que el mundo se enfrenta a desastres naturales cada vez más intensos y frecuentes, la colaboración de largo plazo entre JICA y Perú es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede salvar vidas y proteger el bienestar de las comunidades”, afirmó Nishimura.
Asimismo, la institución hace un llamado a la participación en el tercer Simulacro Nacional Multipeligro del año, que se llevará a cabo el próximo 5 de noviembre de 2024 a las 8 p. m., cuyo objetivo es reforzar las capacidades de preparación y respuesta tanto de las entidades que integran el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SINAGERD) como de la población en general, para actuar de manera eficiente y oportuna frente a los diversos peligros, ya sean de origen natural o inducidos por la acción humana.