Empleo estuvo impulsado por los sectores comercio y manufactura, y contrarrestado por la caída del empleo agrícola.
La economía peruana experimentó un crecimiento interanual del 0.2% en junio, por debajo de las expectativas del mercado. Con este resultado, la economía logró un incremento de 3.6% en el segundo trimestre y un avance de 2.5% durante la primera mitad del año.
La desaceleración observada en junio se debió principalmente a la caída de los sectores primarios (-2.7%), los cuales habían sido los principales impulsores del crecimiento entre abril y mayo. En particular, el sector minería e hidrocarburos cayó 7.4% en junio, su peor resultado desde enero de 2021, debido principalmente a las operaciones de mantenimiento programadas por algunas empresas. Sin la caída de este sector, la economía habría crecido cerca de 1.2%. Asimismo, el menor dinamismo del PBI primario se dio por la desaceleración esperada del sector pesca, que creció 56.8% en junio luego de un incremento promedio de 240% entre abril y mayo. La desaceleración de la pesca industrial llevó también a una moderación en el crecimiento de la manufactura primaria (10.7% en junio, luego de 50% en promedio entre abril y mayo).
La caída de los sectores primarios fue contrarrestada por el desempeño positivo de los sectores relacionados con el consumo (3.3%), como el comercio (2.3%) y los servicios (3.6%). Este crecimiento se dio en un contexto donde los hogares tienen un mayor poder adquisitivo gracias a una menor inflación, una recuperación gradual del mercado laboral, menores tasas de interés y una mayor liquidez ante el retiro de la CTS y la AFP.
Por otra parte, cayeron los sectores vinculados a la inversión (-2.7%), como el sector construcción (-2.4%) y la manufactura no primaria (-3.0%). La caída de estos sectores se dio luego de dos meses de crecimiento, lo que refleja una fragilidad en la recuperación de la demanda interna. La disminución de la construcción se atribuye a una menor ejecución de obras por parte del sector privado, mientras que la manufactura no primaria se contrajo por la menor producción de bienes de consumo y de capital.
Ligero incremento del empleo nacional en el segundo trimestre
El empleo a nivel nacional creció 0.2% en el segundo trimestre del año, con lo que se crearon alrededor de 40 mil puestos de trabajo. Este avance representa una desaceleración frente al crecimiento del trimestre previo (0.8%) y demuestra todavía una recuperación débil del mercado laboral tras la pérdida de 157 mil empleos en 2023. La cifra se explica por un aumento de 1.9% en el empleo urbano (142 mil puestos creados), el cual fue compensado por una reducción de 3.5% en zonas rurales (una pérdida de 103 mil plazas). En línea con el desempeño positivo del ámbito urbano, el empleo creció en 19 de las 26 principales ciudades del país, sobre todo en Lima y en las zonas sur y norte, por la recuperación tras las caídas experimentadas en el segundo trimestre de 2023.
Los sectores que más impulsaron el empleo en este periodo fueron el comercio (+6.6%), con 204 mil trabajos creados, y la manufactura (+2.7%), con casi 40 mil nuevos trabajadores. Sin embargo, el sector agropecuario continúa en negativo: en el segundo trimestre, el empleo en los sectores primarios (compuesto casi en su totalidad por el agro) registró una caída de 4.2%, lo que implica la pérdida de 196 mil puestos. En tanto, pese al avance del empleo total, los grupos que permanecen afectados son los más jóvenes y con menor nivel educativo. Así, el empleo en jóvenes de 14 a 24 años cayó 4.5% y en el grupo que solo ha culminado la educación secundaria, disminuyó 1.2%, lo que equivale a 116 mil y 125 mil puestos perdidos respectivamente.
Por otro lado, los indicadores de calidad del empleo han mejorado ligeramente en el último año. La tasa de informalidad laboral ascendió a 71.1% en el periodo entre julio 2023 y junio 2024, cifra menor a la registrada un año antes (72.7%). El subempleo también se redujo, alcanzando una tasa de 47.9% entre julio 2023 y junio 2024, menor al 48.7% del año previo. Además, los ingresos de los trabajadores crecieron 3% en términos reales -es decir ajustados por inflación- en el último año. Sin embargo, según estimaciones del IPE, estos aún se ubican alrededor de 9% por debajo de los niveles prepandemia, con lo que los salarios de los peruanos han perdido casi S/150 de capacidad adquisitiva.
Perspectivas
Los indicadores adelantados de actividad muestran que la economía peruana se habría acelerado a inicios del tercer trimestre. Por un lado, según cifras del COES, la demanda de electricidad creció un promedio de 2.4% en julio y las primeras dos semanas de agosto, luego de retroceder 0.2% en junio. Parte de este avance estaría impulsado por la recuperación de la minería, reflejada en el crecimiento de 7.9% en la demanda de electricidad minera, lo que indica una mayor operatividad de las empresas del sector luego de la caída de junio. Además, de acuerdo con datos del MEF, la inversión pública se aceleró en julio al incrementarse 31% en términos reales, un mayor ritmo que en el mes previo (+3%), lo que se traduciría en una mejora del sector construcción.
En tanto, las expectativas empresariales sobre la economía a corto plazo continúan recuperándose y se ubicaron en el tramo optimista en julio, lo que junto con el crecimiento de las importaciones de bienes de capital (17.7% en términos reales según cifras preliminares) brindarían un soporte para la aceleración de la inversión privada en el tercer trimestre del año, luego de haber crecido 1.0% en la primera mitad de 2024 según cálculos del IPE.
En lo que resta del año, la economía peruana sería favorecida por los efectos de los retiros de AFP y CTS sobre la capacidad de gasto del sector privado. En efecto, la continua mejora de los sectores vinculados al consumo lideraría la recuperación de la actividad en el segundo semestre, una vez se disipen los choques transitorios que afectaron a los sectores primarios. Con ello, desde el IPE se anticipa que la economía peruana crecería 3.0% en 2024.