La advertencia se cumplió: China detiene compras clave y deja aviones Boeing varados

Las tensiones comerciales entre Washington y Pekín ya tienen consecuencias concretas. El mayor exportador de EE. UU. paga el precio.

El gigante aeronáutico Boeing, el mayor exportador en valor de Estados Unidos, enfrenta un golpe directo tras la última escalada comercial entre Washington y Pekín. China ha rechazado la entrega de nuevos aviones de la compañía, en represalia por los recientes aranceles adicionales del 145% aplicados por el presidente Donald Trump a las importaciones chinas.

Kelly Ortberg, presidente de Boeing, confirmó a CNBC que tres aeronaves listas para ser entregadas en China han sido devueltas o están en proceso de retorno a EE.UU., y que otras entregas han sido suspendidas indefinidamente.

“China dejó de recibir los envíos a causa del contexto arancelario. Teníamos unos 50 aviones programados para este año, pero estamos evaluando redirigirlos”, señaló Ortberg.

Golpe a las entregas en uno de sus mercados más estratégicos

La cancelación de entregas por parte de aerolíneas chinas, que habrían recibido órdenes directas de su gobierno, pone en jaque uno de los principales mercados internacionales de Boeing. La compañía ya había cerrado la venta de 130 aviones a empresas chinas, aunque el número real podría ser mayor debido a compras confidenciales.

El modelo más afectado sería el 737 MAX, uno de los más populares y de mayor volumen de producción de la empresa. No obstante, Ortberg se muestra optimista sobre el futuro de estas unidades.

“Hay muchos clientes que están en busca del MAX. Seremos pragmáticos. No dejaremos que esto descarrile nuestra recuperación”, afirmó.

El impacto más allá de la industria aérea

El movimiento de China no solo representa un revés para Boeing, sino que envía una señal contundente sobre cómo responderá Pekín ante medidas comerciales hostiles. La maniobra deja ver que China está dispuesta a afectar a sectores estratégicos de la economía estadounidense si la tensión escala.

Mientras tanto, Boeing busca reacomodar sus entregas y evitar acumulación de inventario. Pero el mensaje ya fue recibido: el costo de la guerra comercial no es simbólico, y se paga con activos en tierra.