La sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad para la competitividad.
El compromiso con la sostenibilidad se ha convertido en un eje crucial en la estrategia económica de muchas compañías a nivel mundial. Ante este panorama, la auditoría sostenible permite a las organizaciones evaluar su desempeño en términos ambientales, sociales y económicos, optimizando recursos y generando valor a largo plazo.
TGS Sarrio & Asociados, firma global de auditoría con presencia en 60 países, destaca en este ámbito con un enfoque definido en sostenibilidad. Su filosofía, «Think Global Sustainability», demuestra el compromiso de la firma con prácticas que impulsan la responsabilidad social corporativa y el crecimiento económico.
“Los estándares internacionales de sostenibilidad están tomando un rol protagónico en la economía mundial, y pronto, toda empresa competitiva deberá cumplir con ellos para operar en mercados internacionales”, explica Rodrigo Quezada, director de Finanzas Sostenibles & ESG de TGS Sarrio & Asociados. La firma ha desarrollado un modelo de auditoría sostenible que se alinea con estos requisitos, beneficiando a sus clientes con una mejor reputación y acceso a financiamiento responsable.
Los beneficios económicos de la auditoría sostenible se reflejan en cinco aspectos clave: alineación con normativas internacionales, mejora de la confianza del consumidor, atracción de inversionistas sostenibles, eficiencia operativa y acceso a mercados premium. Este enfoque integral posiciona a las empresas en un nivel de competitividad superior en un mercado cada vez más exigente.
La auditoría sostenible también fortalece el vínculo entre la empresa y el entorno, promoviendo la eficiencia de recursos y una mayor resiliencia frente a riesgos ambientales y sociales. “En TGS, apoyamos a nuestros clientes a tomar decisiones informadas que fortalecen sus operaciones y protegen sus activos en el largo plazo”, añade Quezada.
TGS Sarrio & Asociados brinda un acompañamiento continuo a empresas en Perú y el mundo para adoptar prácticas sostenibles y adaptarse a los nuevos estándares. En una economía global en transformación, la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad para la competitividad.