La integración eléctrica en América Latina: ¿Un modelo de éxito para la transición energética?

  • La integración promueve el crecimiento y desarrollo de mercados, lo que conlleva a nuevas inversiones tanto en la oferta de generación como de demanda.
  • De las “4R”: recursos, redes, regulación y respaldo gubernamental, ésta última constituye la barrera de mayor peso al momento de avanzar en los procesos de integración.

La integración eléctrica en América Latina es un tema crucial para el desarrollo sostenible y la seguridad energética, permitiendo el aprovechamiento técnico más eficiente de los recursos energéticos, como la sincronización entre fuentes renovables y fósiles. Lo que asegura la ampliación de mercados, así como la mejora en los precios de la oferta y la demanda.

De acuerdo con lo expuesto, Marcelo Cassin, presidente del Comité de Integración Eléctrica Regional (CIER): “Perú no es la excepción, y su actual vinculación física con Ecuador más los proyectos de interconexión en estudio con Bolivia y Chile, lo posicionan como un país que tiene entre sus políticas de estado a la integración regional como objetivo de desarrollo”.

El crecimiento de nuevos nichos genera nuevas oportunidades de negocio y empleo, además de la sustitución de fuentes más caras y contaminantes por otras más eficientes y sostenibles; son algunos de los beneficios más resaltante. Sin embargo, la falta de respaldo gubernamental es un obstáculo significativo para el avance de la integración regional.

Si bien la iniciativa privada de inversión que impulsa a las empresas a buscar nuevos negocios y oportunidades de desarrollo resulta esencial, no es menos cierto que una política de estado impulsada por los gobiernos es indispensable para que esas decisiones se transformen más fácilmente en proyectos concretos.

Algunos ejemplos exitosos en América Latina: la interconexión entre Colombia y Ecuador, que con un costo de $ 45 millones ha generado transacciones por más de $ 1.800 millones hasta el momento. También el Sistema de Interconexión Eléctrica Andina (SINEA) que se complementa con la interconexión entre Ecuador y Perú. Las vinculaciones entre Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay constituyen otro modelo de integración, fundamentalmente en centrales hidroeléctricas binacionales.

Con sus dificultades y limitaciones, estos modelos son muestra de que las integraciones eléctricas son técnicas y económicamente posibles. Disponer de interconexiones internacionales permite asumir compromisos de apoyo entre los operadores de los sistemas a fin de sustituir la generación más cara y aprovechar de manera más eficiente los recursos disponibles, optimizando los costos operativos.

“No habrá integración, si no hay profesionales y agentes decisores que compartan experiencias, sapiencias y lecciones aprendidas en ese camino, por lo que la gestión de todo ese conocimiento y la cooperación mutua son pilares indispensables para el fortalecimiento de este proceso integracionista”, agregó Cassin, presidente del CIER.

Bajo la premisa anterior, el 24 y 25 de este mes, se desarrollará la décima segunda edición de Expo Energía de Perú. Espacio que permitirá intercambiar ideas con otros especialistas peruanos y extranjeros, sobre la importancia de la innovación en la industria- alineada a una hoja de ruta- orientada a la integración regional.  Un tema en agenda, sin duda, que permitirá el camino hacia la transición energética.

Cabe precisar, que desde el CIER promueven e impulsan la integración del sector energético regional con énfasis en la interconexión de los sistemas eléctricos y los intercambios comerciales, la cooperación mutua entre sus asociados, la gestión del conocimiento y la promoción de negocios sustentables.