Por: José Darío Dueñas Sánchez (*)
La Ruta de la Seda China se ha convertido en un proyecto de las nuevas tendencias en el comercio mundial, quien no ha escuchado los relatos de Marco Polo, ese fue el primer paso hacia lo que hoy la República Popular China está diseñando una nueva ruta que unirá trayectos terrestres y marítimos con el fin de trasladar mercancías entre diversos países. Corría el año 2013, cuando el presidente chino, Xi Jinping anunció una fuerte inversión en todo tipo de infraestructura, 9 años más tarde se convertirá en una realidad. Esta Nueva Ruta de la Seda, es dar prioridad para el Gobierno Chino en garantizar aprovisionamiento de mercadería combinando con el incremento de sus exportaciones, además uniendo comercialmente a casi 60 países.
China tiene como objetivo contar con una infraestructura a gran escala, el proyecto incluye a dos tercios de la población mundial y un tercio del PBI, para ello surge una pregunta.
¿Qué ruta incluye la Nueva Ruta de la Seda?
Dos vías principalmente. –
Rutas marítimas; diseñadas a partir de puertos situados en puntos estratégicos; vías diseñadas para optimizar el flujo logístico desde el océano Pacífico hasta el mar Mediterráneo, atravesando el océano Indico.
La inversión en puertos en el océano Indico también pretende reducir la dependencia de las rutas comerciales clásicas a través del Estrecho de Malaca, punto importante para el flujo comercial del mundo, puntos estratégicos. El Gobierno Chino ha invertido para conectar las rutas terrestres con los puertos marítimos, y en este plan el mayor ejemplo es el Corredor Económico China-Pakistán, vía que parte desde el puerto de Gwadar y conecta con las líneas terrestres hacia el norte de China.
Ruta Terrestre; conectando las líneas de comunicación chinas con diferentes urbes de Europa, como Alemania, Polonia, España, entre otras, es un proyecto de infraestructuras acorde con los parámetros de la globalización.
Con este proyecto el Gobierno Chino maximizaría el flujo comercial, el proyecto llamado en inglés BRI (Belt and Road Initiative) fomentará la apertura de su mercado al mundo, adicional a ello atenderá desde lo financiero hasta lo cultural. El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura aportó 155 $ mil millones con ello convertiría a China como el primer agente comercial en el mundo. Paralelo a ello la República Popular China ha firmado acuerdos con sus pares Sudeste Asiático donde radican 3,000 millones de personas y tienen una renta de PBI 13 mil millones de dólares en conjunto.
Por otra parte, la ruta terrestre cuenta con el apoyo de naciones del Asia central (ex Unión Soviéticas) las mismas que poseen grandes recursos, pero necesitan capital lo cual cuenta China. Los canales para llegar a Europa cuentan con un eje que inicia en Minsk (Bielorrusia) y conecta toda la red ferroviaria hacia Europa desde China.
Las conexiones de Lieja – Zhengzhou o Amberes – Tangshan son rutas que unirán China con Europa.
Este proyecto involucra a 60 países que albergan dos tercios de la población mundial, dentro del ámbito geoestratégico el estrecho de Malaca es un punto de tránsito primordial en las rutas marítimas, más aún que transitan el 80% de las importaciones chinas de petróleo y 30% de gas, es por ello la inversión en seguridad marítima.
La nueva ruta de la seda aumentará las líneas de comunicación para incrementar el comercio, aunque algunos países lo ven con recelo, dado que para ellos supone intromisión en su política económica, uno de los países europeos que ha acogido con buena actitud es Portugal, siendo el primer país en emitir deuda en yuanes de la zona euro. Portugal por su estratégica ubicación es una ruta clave por su puerto de Sines, ubicado en el Atlántico siendo punto eje para la conectividad de América Latina y África.
La nueva Ruta de la Seda tiene como objetivo Europa y para ello la diplomacia china debe hilar fino (elaborar y asumir el liberalismo económico en su propio mercado interno y tener una cautelosa política comercial en Europa para tener apoyo de la Unión Europea).
Otra mirada en la Nueva Ruta de la Seda es la que corresponde a la dimensión digital, el desarrollo en este campo permitirá que China tenga una posición estratégica tanto en la parte geopolítica como económica. La Ruta de la Seda Digital, promoviendo un mercado digital en auge, apoyando a regiones como África, América Latina o Indochina, empresas como Baidu (buscador principal en China), Alibaba (retail online mundial) o Tencent (empresa líder en mundo digital) son solo algunas de los muchos ejemplos como posicionamiento en la era digital por parte de China. Se estima que en los próximos años el 25% del PIB mundial se realizará desde el ecosistema digital.
El presidente de Chile Sebastián Piñera fue el único presidente latinoamericano en asistir al II Foro de la Ruta de la Seda, el indicó en esta oportunidad «Queremos transformar a Chile en un verdadero centro de negocios para las empresas chinas, para que ustedes puedan, desde Chile, llegar también a toda América Latina».
Como conclusión la Nueva Ruta de la Seda o Belt and Road Initiative, es un plan que estiman invertir en puertos, carreteras, vías ferroviarias, y todo lo que conlleva alrededor de las infraestructuras, como centrales eléctricas, cables de fibra, para interconectar a todos los países para que sean incluidos en la economía mundial. China hará que cada vez más mercados se conecten entre sí, todo ello potenciará comercialmente a China, teniendo detrás de esta frase, el valor del yuan, la capacidad del Gobierno Chino para desarrollar y fortalecer su mercado interno con miras a una visión geoeconómica de la Nueva Ruta de la Seda a cara del siglo XXI.
Definitivamente la ruta de la seda se ha reinventado y conectará a millones de personas, pero sobre todo el intercambio de bienes se hará entre países donde nunca antes han tenido contactos comerciales, mejorando la calidad de vida millones de personas y colocando a China como el eje geopolítico comercial y económico.
(*) Consultor Negocios Celular: (51-1) 96424184 jdaduenas@gmail.com
