Por Estefany Camacho, country manager de Tivendo by Defontana
De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) el 2022 concluyó con una importante desaceleración para el sector y, para este año, se proyecta una baja entre 2% y 4%. Así, en un escenario incierto, optimizar la productividad es fundamental para conseguir mejores resultados y levantar el desempeño de esta área tan relevante para la economía. En ese sentido, la tecnología puede ser una gran aliada, sobre todo cuando se trata de gestionar ventas de manera ágil y eficiente en el comercio minorista.
En efecto, una de las principales problemáticas que enfrentan los negocios es mantener el orden y el control, además de agilizar la atención de clientes en la caja. Asimismo, en la actualidad, muchos comercios deben lidiar no solo con la venta presencial, sino también con las ventas en línea, por lo que una herramienta que permita sincronizar las ventas con el stock de productos es fundamental.
Ciertamente, el mercado hoy provee diversas plataformas que pueden ser un aporte real al mejoramiento de la productividad en los puntos de venta. Lo importante es optar por soluciones que permitan gestionar todas las tareas relacionadas con las ventas y procesos que se producen en torno a esta actividad, como el cobro con diversos métodos de pago, la generación de facturas, la administración del inventario, el control del flujo de caja, el registro de proveedores y la optimización de la experiencia del cliente al disminuir su tiempo de espera en el punto de venta.
Esto solo mejora si es que se considera un sistema 100% web, el cual permite centralizar todas las operaciones en un solo lugar, ya sea con una tienda online o un negocio físico. Esto, además, permite mayor movilidad y acceso -incluso desde el celular- interactuando con otros sistemas que sean claves para el desempeño comercial.
Por otro lado, es importante considerar que con un sistema intuitivo, con altos niveles de ciberseguridad y fácil de usar se puede entregar una atención más rápida, eficiente y clara a los clientes, haciendo que su experiencia de compra sea mucho más positiva, lo cual siempre será un punto a favor.
Claramente, el modelo de negocio ha cambiado y el comercio minorista, si quiere mejorar su productividad, tiene que adaptarse y disfrutar de los beneficios que conlleva la digitalización, pues teniendo todas las variables controladas, con información y data al día y procesos automatizados que disminuyan los errores humanos, se mejora considerablemente la toma de decisiones, lo cual redunda en un resultado mucho más exitoso y productivo.